El héroe y el villano. Por un lado, Gregorio De Falco, el guardacostas que a gritos le pidió al capitán del Costa Concordia volver a bordo de la nave y coordinar los rescates desde allí. Por el otro, Francesco Schettino, acusado de homicidio culposo múltiple, naufragio y abandono de nave, por haber causado un naufragio en el que murieron al menos 11 personas.

Italia desdibuja así en estos días la tragedia del Costa Concordia, trazando una neta línea divisoria entre el paradigma del italiano que se salta las reglas y cree salirse con la suya, encarnado por Schettino, y el que cumple con su deber y aplica la ley, personificado por De Falco.

Este último, claro está, es el bueno. Así como lo han apodado los periódicos nacionales, en lo que tiene visos de ser una catarsis nacional contra el vil gesto de Schettino que, así como sostiene la fiscalía de Grosseto, huyó de la nave con centenares de pasajeros aún a bordo."Nada de héroe. Teníamos que haber salvado a todos", ha respondido De Falco, que precisó, "mi voz era la de cualquier persona de mar".

De 52 años, Schettino al contrario ha recibido en estos días epítetos tan distantes que desdibujan un perfil de luces y sombras. Pero son las sombras las que más peso están teniendo. Sus acusadores le han llamado "creído", "cobarde", un "incapaz" que es "una vergüenza para el país". Solo sus familiares y pocos íntimos lo defienden.

La extracción del carburante

Los buzos han reanudado desde primeras horas de este jueves las tareas de búsqueda de la veintena de desaparecidos del naufragio del crucero después de que este miércoles se tuvieran que suspender debido a que se registraron movimientos del casco.

Las tareas de búsqueda continuarán en el puente cuatro, donde se hallaron los últimos cinco cadáveres, y para ello se tendrán que utilizar pequeñas cargas explosivas que creen los pasillos para que puedan entrar los buzos, explican desde la Marina militar. No obstante, se prestará máxima atención a los posibles movimientos del barco, que se movió un metro, y las condiciones meteorológicas. Por el momento, el estado del mar es de calma, pero podría empeorar ya que se esperan durante el día olas de entre 1 y 1,5 metros, que podrían ser, incluso, de más de 2,5 metros el viernes.

Asimismo, han llegado a la isla de Giglio, donde encalló la nave el pasado viernes, los expertos de la compañía holandesa Smit, que se ocuparán de la extracción de las cerca 2.400 toneladas de carburante de las bodegas del Costa Concordia.

La caja fuerte

Buzos de la policía militarizada italiana buscan también la caja fuerte del capitán del crucero para intentar aportar nuevas pruebas a la investigación. Los submarinistas tratan de penetrar en el camarote del capitán, que se encuentra en la parte derecha de la proa de la nave, ahora sumergida, por lo que únicamente es accesible buceando.

Se trata, según informan los medios italianos, de buscar la caja fuerte donde pueden encontrarse documentos fundamentales para la reconstrucción de los hechos sucedidos el pasado viernes frente a la isla de Giglio.