El capitán del crucero Costa Concordia, Francesco Schettino, de 52 años y nacido en Castellammare di Stabia, una localidad cercana a Nápoles, está acusado de homicidio múltiple y del abandono de la nave, los mismos cargos que se imputan a Ciro Ambrosio, el primer oficial del barco naufragado. Schettino ha trabajado los 10 últimos años en la compañía naviera Costa Crociere, propietaria del buque siniestrado.

El fiscal del caso, Francesco Verusio, mantiene a Schettino detenido en la localidad toscana de Grosseto porque estima "peligro de fuga" y teme que el marino pueda "alterar las pruebas". IRENE SAVIO