Entre los pasajeros del Costa Concordia , que naufragó el viernes en Italia, se encontraba Miguel Galán Mata, un joven de Montemayor de 30 años, soltero y recepcionista del restaurante El Artista, que afortunadamente ha salvado la vida. Anoche, Diario CORDOBA pudo hablar con su hermano Antonio, quien constató que Miguel se encontraba en perfecto estado de salud, pero "muy tocado por las imágenes que había visto y por lo que había vivido", algo que, según le contó a su hermano, "no puede quitarse de la cabeza. Sobre todo a los niños corriendo por el barco y asustadísimos". Al parecer, el cordobés, que había viajado solo al crucero aunque en Málaga (de donde salía el avión) ya hizo amistades, estaba cenando a eso de las 9.30 horas, cuando se fue la luz y en principio pensó que se trataba de un simulacro, ya que el día de antes les habían estado explicado qué hacer en caso de naufragio. Sin embargo, "cuando empezaron a caerse los platos comprendieron que aquello era algo más y se asustaron muchísimo", cuenta su hermano Antonio, quien pudo hablar con Miguel gracias a que la compañía naviera facilitó a los pasajeros hospedaje, ropa --ha perdido lógicamente todo su equipaje-- y les dejaron hacer llamadas para hablar con los familiares. "Estaba tan nervioso que no le he preguntado ni cómo salió del barco, solo sé que a Roma ha llegado sano y salvo".

"Lo curioso --relata Antonio Galán-- es que antes de irse al crucero a lo que le tenía miedo mi hermano era al avión que cogió en Málaga". Miguel Mata fue trasladado en helicóptero a Roma, ha pasado la noche en un hotel del aeropuerto y hoy mismo volará a España, donde podrá reencontrarse con sus amigos y su familia, entre la que estará su hermano Antonio, que no se explica "cómo pueden pasar estas cosas en pleno siglo XXI".