Una victoria a medias. El Tribunal Supremo (TS) apoyó ayer que la Audiencia de Granada aplique al preso más antiguo de España, Miguel Montes, la doctrina del Tribunal Constitucional (TC) que permite que el tiempo que el reo ha pasado en prisión preventiva compute el doble. La nueva liquidación de la condena, es decir, la fecha en la que Montes podrá salir de prisión, tendrá que ser establecida por la Audiencia granadina.

El alto tribunal ha dado la razón a Montes, que desde 1966 ha estado entrando y saliendo de prisión, para que los jueces, "si lo estiman oportuno", le descuenten el tiempo que permaneció en prisión preventiva después de que se fugara para asistir al sepelio de su madre.

Montes pidió a los jueces de Granada que le refundieran --es decir, que acumularan-- las condenas que está cumpliendo desde 1998 por tres robos, dos perpetrados entre 1994 y 1997, y otro en el 2006. A estas penas hay que sumar otra por haberse fugado y un juicio de faltas por haber incitado a sus familiares a denunciar a un guardia civil que, según su versión, le había pellizcado.

LA NEGATIVA La Audiencia de Granada se ha opuesto a esta acumulación por entender que solo se pueden refundir penas cuando los delitos se han cometido en las mismas fechas. El Tribunal Supremo no ha entrado a valorar esta posición porque desconoce el expediente completo de Montes, ya que sus inferiores le han remitido un documento con el relato íntegro de las sentencias. Este texto llegó después de que el alto tribunal pidiese esta información el pasado mes de abril al constatar que los datos remitidos por la Audiencia de Granada eran insuficientes para tomar una decisión.

GRUPO DE APOYO Montes también ha pedido el indulto al Gobierno, pero no cuenta con los informes favorables para obtener la medida de gracia. El recluso ha alegado motivos de salud. Tomás García, portavoz del grupo de apoyo del reo, declaró ayer a las puertas del alto tribunal que la excarcelación de Montes es "cuestión humanitaria" porque sufre una "cadena perpetua encubierta".