Transcurridos seis meses desde que la tierra tembló en Lorca, unos 10.000 vecinos siguen sin poder volver a casa. Muchos viven con familiares o en segundas residencias; otros, en viviendas de alquiler. Esos dos seísmos de 4,5 y 5,1 grados no solo acabaron con la vida de nueve personas, sino con los ahorros, los planes y el día a día de miles de lorquinos. Ayer esta ciudad murciana de más de 100.000 habitantes volvió a recordar que desde el 11 de mayo está sufriendo, por todo ello y porque también económicamente se ha resquebrajado.

La magnitud de la catástrofe es tal que, como recordó el presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, "esto no se resuelve en meses. Falta mucho tiempo". Pero entre los vecinos hay descontento por la lentitud de las ayudas. "Hay que trabajar muy duro. No se hace lo suficiente desde las altas esferas. No se han empezado a reconstruir los edificios ni hay proyectos", lamentaba ayer Antonio Molina. Y mientras Inmaculada Rodríguez se quejaba de que el consorcio de seguros solo le ha pagado 35.000 euros de los 60.000 del presupuesto por los daños en su casa, otra vecina terciaba: "Vivo en un octavo piso y no funciona el ascensor. No puedo volver".

FRUSTRACION Hace unas semanas, los vecinos se echaron a la calle. Ayer hubo otras dos concentraciones, una en memoria de las víctimas y otra convocada por la plataforma Lorca 11 de Mayo. "Es normal que sientan frustración, que comparto, porque a todos nos gustaría que las respuestas a los problemas reales de Lorca fueran más rápidas y eficaces", dijo el delegado del Gobierno en Murcia, Rafael González Tovar. El Ejecutivo ha aportado 317 millones de euros y tiene comprometidos 800 más. "Los procesos administrativos tienen su curso y no van tan rápidos como quisieramos", admitió.

Los daños de los terremotos están valorados en 1.600 millones de euros. Se han demolido 1.124 casas, de las que 812 estaban habitadas. Quedan 139 edificios declarados en ruina. El ayuntamiento adelantó los tres primeros meses de alquiler a 800 familias, y otras recibieron esa ayuda de la Cruz Roja. También se ha ayudado a familias con heridos graves y fallecidos y se han adaptado viviendas a la discapacidad de los heridos. El campamento de La Torrecilla, que llegó a acoger a 1.600 personas, ya se desmanteló. Para el alcalde, Francisco Jódar, la fase de emergencia ha concluido "y ahora hay que empezar la reconstrucción".

El Gobierno aprobó un decreto ley con 37 medidas para facilitar la reconstrucción y reparación de viviendas y dinamizar la industria, el comercio y el turismo. Para Valcárcel, esas medidas son "importantes y bienvenidas pero insuficientes".

PSICOLOGIA Pero además de los ingentes daños materiales están los psicológicos, que afectan en mayor medida a ancianos y niños. "Las personas mayores sufren más el desarraigo porque están más apegadas a sus casas, a sus recuerdos, y piensan que no los van a recuperar", explica Angela Ruiz, vicedecana del Colegio de Psicólogos de Murcia y experta en emergencias.

Pepita Sánchez vive en el barrio de La Viña, el más afectado por el desastre. Ayer recordaba lo que sin duda fue "un día malo". "Todo era confusión y dolor", rememoraba con tristeza. ¿Y cómo ve las cosas ahora? "Con resignación".