El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, explicó ayer que si una central nuclear española no supera las pruebas de resistencia extraordinarias a las que todas las plantas atómicas de la Unión Europea (UE) serán sometidas tras el accidente de Fukushima, el primer paso a dar será intentar subsanar los problemas. Si eso no fuera posible, el Ejecutivo clausurará la instalación.

Zapatero rectificó así la posición expresada esta misma semana por su ministro de Industria, Miguel Sebastián, quien aseguró que cualquier central que no pase los nuevos exámenes de estrés deberá ser clausurada. La visión del presidente contrasta con la expuesta ayer por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que anunció, en línea con Sebastián, que cerrará las instalaciones que no superen los tests de la UE.

En la rueda de prensa tras el Consejo Europeo de Bruselas, Zapatero explicó que confía en que la mayoría de las ocho centrales españolas puedan subsanar las deficiencias de seguridad que arrojen las "exigentes" revisiones. "Si es evidente que no superan los tests y si no se pueden aplicar las medidas correctoras, la consecuencia lógica es que esa central no pueda tener actividad", declaró el jefe del Ejecutivo.

Los líderes de los Veintisiete han acordado aplicar los mayores niveles de seguridad en sus reactores después del temor despertado por los problemas en la central de Fukushima. Las conclusiones del Consejo Europeo recogieron el compromiso de los dirigentes europeos para hacer las pruebas de resistencia en las 143 centrales que hay en la UE en el segundo semestre de este año. Los resultados que logre el Consejo de Seguridad Nuclear, el organismo español, se harán públicos y se enviarán a Bruselas para un análisis de las instituciones comunitarias. Algunos socios plantean la necesidad de que estas pruebas se hagan en todo el mundo.