Los japoneses continúan agregando sobresaltos a sus vidas con la misma cadencia con la que se suceden los seísmos. Al menos dos nuevos terremotos se sintieron ayer en el área de Tokio (el mayor, de 5,9 grados), en una jornada en la que se anunció también la presencia de yodo radiactivo en el agua de la capital, zona metropolitana y otras importantes ciudades del país, así como en al menos dos tipos de alimentos: leche y espinacas.

Pero como en días anteriores, la alarma inicial fue degradada por el Gobierno japonés, el mismo que hizo el anuncio. "La cantidad de partículas detectadas no son perjudiciales de forma inmediata para el consumo humano", explicó Yukio Edano, ministro portavoz, algo que para muchos no tuvo una explicación demasiado clara.

Edano agregó que, sin embargo, "como medida de precaución", se ha prohibido toda la venta de productos alimentarios procedentes de la prefectura de Fukushima, donde se encuentra la nuclear afectada por el maremoto, ya que los alimentos contaminados habían salido de allí.

Según el Ministerio de Sanidad de Japón, se trata de productos contaminados hallados entre el miércoles y el viernes. Las mediciones de radiación en la zona se realizan a diario de forma minuciosa y la población de Fukushima, evacuada en un perí- metro de 20 kilómetros, fue puesta ya días atrás en la primera fase del protocolo que se aplica a las personas potencialmente afectadas por radiactividad.

RIESGO A CORTO PLAZO El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó lo anunciado por las autoridades japonesas y recordó a la población que aunque el yodo radiactivo pierde rápidamente su radiactividad y tiene una vida corta (apenas ocho días), si es absorbido por el cuerpo humano supone un riesgo a corto plazo.

El OIEA también aseguró que "hasta el momento ningún otro isótopo radiactivo ha mostrado un incremento en los productos analizados procedentes de la zona de Fukushima".

Dada la situación, el Ejecutivo japonés ha decidido "continuar recogiendo datos sobre los niveles de radiación en alimentos, para coordinar sus políticas y evitar que se propaguen los rumores que puedan perjudicar a otros productos no contaminados", con el consiguiente daño para la economía.

El Gobierno confirmó que los trabajos para lograr el enfriamiento de los reactores nucleares de Fukushima continuaron dando pequeños avances. Tras conseguir el viernes restablecer temporalmente el suministro eléctrico en uno de los reactores dañados gracias a la reparación de uno de los generadores de gasóleo, ayer se consiguió hacerlo en otro, lo que permitirá su enfriamiento por los métodos establecidos y no los de emergencia. Seis trabajadores de la central nuclear, sin embargo, resultaron fuertemente irradiados.

Ahora los reactores 1 y 2 se consideran fuera de peligro. Así lo informó la cadena de televisión japonesa NHK, lo que posteriormente fue confirmado por el OIEA. También el número 3, que utiliza una combinación de plutonio y uranio a modo de combustible, logró ser estabilizado esta misma madrugada. Y mientras las próximas horas se consideran críticas para Fukushima, la gasolina continúa escaseando en Tokio, que sigue sufriendo apagones regulados diarios.

En la zona afectada por el terremoto y el tsunami, los equipos de rescate y efectivos del Ejército comenzaron las primeras obras para reubicar a los cientos de miles de evacuados, en un área por donde todavía es muy difícil transitar, a pesar de que cada día se limpian y se abren nuevas carreteras.

También en muchos albergues para damnificados se ha conseguido facilitar el acceso al agua, alimentos y medicinas.