Parece obvio, pero no por ello menos trascendente. El Gobierno, por boca del vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba, reconoció ayer que la ±complejaO tarea de encontrar ubicación para el almacén temporal centralizado (ATC) de residuos nucleares se ha puesto ahora mucho más cuesta arriba debido a la crisis nuclear de Japón, aunque el Ejecutivo mantendrá ±la voluntad de hablar y consensuarO con las comunidades autónomas. "No voy a descubrir el Mediterráneo si digo que lo de Japón no va a ayudar a encontrar el consenso necesario", advirtió Rubalcaba. La no construcción del silo le cuesta 60.000 euros al erario público cada día desde el pasado 1 de enero. Es el pago acordado con Francia, el país que guarda los restos de la clausurada nuclear de Vandellós 1. Desde el Ejecutivo ya se había descartado que Cataluña o Valencia dieran su brazo a torcer antes de las elecciones municipales, pero ahora el plazo puede ser mucho más largo.

Incluso desde la Asociación de Municipios en Areas Nucleares (Amac), que ha hecho campaña a favor de Ascó, se considera que no es el momento oportuno para abordar cuestiones como el ATC o el cierre de las nucleares. "Existe una cierta reacción de histeria, pero es prematuro plantear qué pasará con el ATC", asegura el gerente de la entidad, Marià Vila d´Abadal. "Tenemos que esperar a que pase todo esto y entonces realizar una análisis sereno", insistió.

El alcalde de Ascó, Rafael Vidal (CiU), dijo, en cambio, en que en estos momentos "está más justificada que nunca" la construcción del ATC y se refirió a la seguridad que supone frente a las piscinas que tienen las nucleares para guardar sus residuos. La refrigeración en el almacén se hace mediante "circulación de aire por convección natural y eso lo convierte en más seguro que las piscinas", explicó Vidal.

Rubalcaba aprovechó la pregunta, formulada tras el Consejo de Ministros, para recordar que así como en Alemania y China el suceso de Fukushima ha llevado a sus gobiernos a replantearse su apuesta nuclear, en España el Gobierno ±no es pronuclearO y no se siente, por tanto, "interpelado". "Nunca hemos propuesto aumentar las centrales, antes bien, vamos a cerrar Garoña, estábamos en cerrarlas a los cuarenta años y vamos a irlas cerrando cuando podamos sustituirlas por energías alternativas", terminó, no sin lanzar un irónico reproche el portavoz del PP, Esteban González Pons, quien dijo que en la cuestión de las nucleares "antes está la seguridad que la economía". "Parece que ha abandonado sus principios tan rápido como Groucho Marx. Tengo unas principios aquí, pero si quiere tengo otros allá", parodió el ministro.