De acuerdo con las autoridades japonesas y la OMS, el accidente de Fukushima 1 tiene que ser catalogado como de nivel 4 en la escala internacional Ines. Consideran ambos que no ha habido fusión del núcleo de uranio, que la emisión de radiactividad ha sido escasa (limitada a los venteos necesarios para mantener la presión en el interior) y que los problemas han quedado circunscritos a los edificios de los reactores. Asimismo, estipulan que no hay peligro para la salud fuera del área de evacuación, aunque sí habrá que cerrar las plantas. Solo plantea algún problema la emisión de cesio 137, isótopo de vida más larga. Por supuesto, diversos expertos internacionales cuestionan estos criterios: opinan que ha sido mucho peor.