La central nuclear de Fukushima continúa fuera de control después de los accidentes que han sufrido sus reactores en las últimas horas y que han elevado sus niveles de radiactividad. De hecho, la intensa radiación ha impedido este miércoles que los helicópteros militares enviados por el Gobierno para verter agua sobre el reactor número 3 pudieran cumplir su misión, según ha informado la agencia Kiodo citando a responsables del Ministerio de Defensa nipón. Las autoridades japonesas temen que el reactor número 3 haya liberado en la atmósfera una nube de vapor radiactivo. La gravedad de esta fuga aún está por determinar y depende de los daños que haya sufrido la vasija del reactor.

Los helicópteros están a la espera de volver a intentar esta operación, que permitiría enfriar el núcleo de este reactor. Los responsables de la operación ya habían advertido de que el vertido de agua desde el aire era una operación delicada, puesto que el helicóptero no puede permanecer mucho tiempo sobre el reactor a causa de la elevada radiactividad y debe arrojar el agua pasando varias veces sobre el mismo.

A las tareas de refrigeración de los reactores se dedican intensamente los 50 operarios que, pese al riesgo de radiación, continúan en la planta. Los trabajadores han sido evacuados a primera hora de este miércoles por unas horas después de que la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón detectara un súbito aumento de los niveles de radiación. Las autoridades creen que las emisiones pueden proceder de los reactores números 2 y 3 de la planta. El reactor número 4 ha sufrido este miércoles un incendio y del reactor número 3 ha empezado a salir vapor, según ha confirmado la agencia de seguridad nipona, que teme que los daños en los reactores 1, 2 y 3 deriven en una fusión parcial de su núcleo.

Riesgo de fusión parcial

A primera hora de este miércoles, el nivel de ionización ha llegado a superar brevemente en la planta los 10 milisievert a la hora. El alto nivel de radiación ha obligado a los trabajadores a detener por unas hora las labores de refrigeración de los reactores, aunque a las 06.30 hora española, cuando los niveles han bajado, los operarios han regresado a la planta. El portavoz del Gobierno japonés, Yukio Edano, ha anunciado que el Gobierno ha autorizado elevar a 250 milisievert el límite para los empleados de Fukushima por la situación de emergencia nuclear por la crisis nuclear. La medida, aprobada por los ministerios de Sanidad y Trabajo, permite a los operarios volver a las labores de refrigeración de los reactores averiados, aunque no se sabe si ello supondrá un impacto sobre su salud.

Edano ha reconocido que parte de la estructura que protege al reactor número 3 puede haber quedado dañada y puede estar emitiendo un alto nivel de radiación. De este reactor han salido esta mañana columnas de humo blanco, que, según Edano, es vapor procedente de la piscina donde se almacenan barras de combustible atómico ya utilizadas. El lunes, este reactor ya sufrió una explosión de hidrógeno que ha incrementado las posibilidades de que se produzca una fusión parcial de su núcleo. Si esto sucediera, se produciría una emisión de nuevas partículas radiactivas a la atmósfera.

No solo se agravan los problemas en el reactor 3. La empresa operadora de la central, Tokyo Electric Power (TEPCO), ha informado de que las barras de combustible atómico de los reactores 1 y 2 han quedado dañadas en un 70% y en un 33% respectivamente. La compañía teme que estos daños hayan provocado también una fusión parcial del nucleo de estos reactores, lo que incrementa el riesgo de nuevas radiaciones.

TEPCO ha hecho públicas unas imágenes del edificio del reactor número 4 en las que se ve que una gran porción que de la pared exterior se ha caído. En el cuarto piso hay un agujero de ocho metros de diámetro y se puede ver el interior a través del boquete, causado el martes por otro fuego. Además, continúa bajando el nivel del agua en el reactor 5, apagado al igual que el 6 pero en el que también hay problemas.

Avería en el sistema de medición

La incertidumbre que rodea los niveles de radiacion se ha incrementado después de saberse que un sistema informático utilizado para medir la propagación de la radiactividad en torno a la central de Fukushima ha dejado de funcionar este miércoles, según ha informado la Agencia de Seguridad Nuclear nipona, que no se atreve a aventurar cuándo volverá a estar operativo el equipo. La agencia no cuenta con que el sistema vuelva a funcionar al cien por cien, puesto que muchos de los puntos de medición no funcionan por culpa de los cortes de energía.

El sistema SPEEDI predice el patrón de propagación de las sustancias radiactivas en caso de fuga. Para ello se basa en mediciones realizadas en varias localizaciones, en los vientos y en otras condiciones meteorológicas. Estas estimaciones son las que utilizan la agencia y el Ministerio de Industria para redactar los planes de evacuación de residentes.

Sin peligro más allá del perímetro de 20 kilómetros

Pese a este preocupante panorama, el Gobierno ha asegurado que el nivel actual de radiación más allá del perímetro de 20 kilómetros alrededor de la central nuclear, y que ha ya sido totalmente evacuado, no supone "un riesgo inmediato para la salud". El ministro portavoz, Yukio Edano, ha señalado que el nivel de radiactividad en el perímetro de entre los 20 y 30 kilómetros de Fukishama, donde se ha pedido a los residentes que permanezcan en casa con las ventanas cerradas, no conlleva efectos perjudiciales directos.