Las autoridades de Japón han alertado este martes del incremento de los niveles de radiación tras la explosión y el fuego ocurridos esta madrugada en la central nuclear de Fukushima. Las alertas se han disparado después de que anoche una explosión sacudiera el contenedor secundario del reactor número 2 de la planta y de que a las 03.00 de esta madrugada un incendio, que ya ha sido extinguido, afectara al edificio donde se encuentra el reactor número 4. Los reactores 5 y 6 han experimentado una ligera subvida de la temperatura, según ha explicado el portavoz del Ejecutivo japonés.

Las explosiones registradas en la planta han elevado los índices hasta los 3.130 microsievert por hora (unidad de medida para la radiación en el sistema internacional), muy por encima de los 500 habituales. Según la agencia Kyodo, la radiación generada ha sido hasta 33 veces superior al límite legal en Utsunomiya, capital de la provincia de Tochigi, al norte de Tokio. Las autoridades también han detectado una radiación nueve veces por encima de lo normal en Kanagawa, al sur de la ciudad.

Yukio Edano, el portavoz gubernamental, ha reconocido que el nivel de la radiación ha llegado a situarse hasta cien veces por encima del límite normal en el reactor número 4, mientras en el número 3 la cifra fue hasta 400 veces superior. Edano ha advertido de que si se siguen elevando, esas cantidades pueden amenazar la salud humana.

La Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA) ha confirmado, tras ser informada por el Gobierno japonés, que el incendio del reactor número 4 de Fukushima ha liberado radiactividad a la atmósfera.

Pánico en la capitalEl pánico ha llegado ya al área de Tokio. En la ciudad de Maebashi, unos 100 kilómetros al norte de la capital, los niveles de radicación multiplican por diez los valores normales, según ha informado la agencia Kiodo, que ha citado a fuentes del Gobierno municipal. Y en la cercana Saitama, los niveles son 40 veces superiores a los normales. A pesar de que los niveles de yodo y cesio en Tokio ciudad son también más altos de lo habitual, las autoridades aseguran que "no son un problema en absoluto". Ajenos a ese mensaje de tranquilidad, los habitantes de Tokio están haciendo acopio de enseres y alimentos y han empezado a huir ante el incremento de la radiación.La climatología tampoco está ayudando. Las ráfagas de viento han soplado este martes hacia el interior del archipiélago de Japón, primero desde el noreste y después desde el este, transportando con ello la radiación liberada por las centrales nucleares, según ha informado la Agencia Meteorológica del país.

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