Aunque la zona devastada por el tsunami en Japón está lejos de las áreas industriales del sur, el sector manufacturero de todo el país se ha visto paralizado estos días a causa de la catástrofe.

En algunos casos, no es que las fábricas estén dañadas, sino que responde a la necesidad de garantizar el suministro eléctrico. Uno de los grandes sectores de Japón, el de la automoción, se sumó al parón de la actividad. Las empresas confían en que los niveles de estoc puedan cubrir la demanda de vehículos, aunque ayer solo garantizaban las entregas a corto plazo.

Toyota, la mayor automovilística mundial, mantiene suspendida hasta mañana la actividad en todas sus plantas del país. Nissan también paró la producción de cuatro plantas hasta mañana, y de otras dos hasta el jueves, mientras que Honda estudia suspender su producción hasta el domingo como mínimo.