La creación de una bacteria con un genoma sintético es un avance incuestionable, pero sus futuras aplicaciones deberán sortear dos problemas que aún no están resueltos. Por una parte, el peligro: nada garantiza que el proceso no genere resultados indeseables. El segundo problema es de índole técnico: nada garantiza que dos piezas ensambladas, dos unidades del genoma de una bacteria, vayan a mantener las características deseadas de cada una. En biología, uno más uno no siempre da dos, resume el especialista Pere Puigdomènech: "La síntesis química es algo sumamente complejo".