Justo a última hora, pero se ha cumplido el pronóstico del ministro de Industria, Miguel Sebastián, de que habría "bofetadas" por recibir el maná nuclear. La golosa inversión asociada a la construcción del almacén de residuos hizo que al menos seis municipios se sumaran ayer a los que abrieron la veda, Ascó y Yebra, así como a Villar de Cañas, en Cuenca, el primero que dio el paso sin estar avalado por la experiencia que otorga tener cerca una central nuclear. Todos son pueblos pequeños --el mayor tiene 800 vecinos-- y están en zonas deprimidas de Valladolid, Soria, Ciudad Real, Valencia y Cáceres. Y todos, como dijo un alcalde, han preferido "no dejar escapar el tren", pese al rechazo que puede generar entre los vecinos, con tal de resucitar áreas abocadas a la despoblación.

El alud de voluntarios desbloquea una situación que se preveía harto complicada para el Gobierno, puesto que, aunque Ascó y Yebra siguen siendo las candidaturas con más posibilidades, José Luis Rodríguez Zapatero puede elegir entre un abanico de opciones si no quiere desairar o bien a José Montilla a las puertas de unas elecciones autonómicas o bien a José María Barreda, presidente de Castilla-La Mancha, y uno de sus barones territoriales con más fuerza.

LOS ANUNCIOS De hecho, fuentes del Gobierno confiaban en que, una vez que diera el paso algún pueblo como Villar de Cañas o Santervás de Campos (Valladolid) en los que no se produjese tanta polémica, se presentarían más candidaturas. No obstante, los alcaldes han preferido anunciarlas el último día, quizá con el propósito de ahorrarse escenas como las vividas en Ascó, y también con las miras puestas en no levantar ampollas en sus propios partidos, como sucedió tanto con CiU como con el PP en el caso de Guadalajara.

Incluso puede haber aspirantes que no hayan hecho pública su predisposición y esta no se conozca hasta que Industria publique la lista provisional. El Ejecutivo aceptará todas aquellas candidaturas que, además de haber sido aprobadas en pleno, estén registradas antes de la medianoche de ayer en las subdelegaciones del Gobierno o en el ministerio. Fuentes del sector lamentaban que el plazo no haya sido más amplio ya que de ser así, se hubiesen presentado más.

LOS REZAGADOS El primero en anunciar su predisposición fue Melgar de Arriba, un pueblo vallisoletano de 235 vecinos a solo seis kilómetros de Santervás de Campos, que el jueves anunció una candidatura.

Poco después llegó el goteo del resto de candidatos: Torrubia de Soria, de 76 habitantes y a 37 kilómetros de la capital soriana; Zarra (545 habitantes), municipio valenciano cercano a la central nuclear de Cofrentes; Villar del Pozo (110 vecinos), a 15 kilómetros de Ciudad Real, y Albalá, el más grande (800 habitantes), en Cáceres.

Castilla y León y Valencia no han mostrado por el momento una oposición tan frontal a la instalación como Cataluña y Castilla-La Mancha. El presidente de la primera, Juan Vicente Herrera, no obstante, exige una condición: que el Gobierno se replantee el cierre de la central situada en Garoña (Burgos). La Junta de Extremadura, por su parte, rechazó anoche el almacén con el mismo argumento de Montilla o Barreda: su comunidad ya es bastante solidaria en materia de energía nuclear.