La juez María Mascheroni, de la provincia de Santa Fe (Argentina), ha condenado a monseñor Edgardo Storni, en la única causa abierta que pesaba sobre quien fuera arzobispo de Santa Fe, capital de la provincia homónima, y que comenzó ante la denuncia de un seminarista por un hecho ocurrido en 1992 y que fue denunciado 10 años después. El caso de Storni --que ha anunciado que recurrirá la sentencia-- tomó repercusión en 2000, a partir de una denuncia publicada en el libro Nuestra Santa Madre , de la periodista argentina Olga Wornat.

En septiembre de 2002, el entonces arzobispo de Santa Fe renunció a su cargo por orden del Vaticano y envió una carta al entonces Papa, Juan Pablo II, en la que no reconocía "culpas" ni "acusaciones", contó la periodista a la radio Continental de Buenos Aires. Tres meses después, Storni negó los cargos ante la Justicia y fue reemplazado por monseñor José María Arancedo. Desde entonces, se recluyó en una finca de la provincia de Córdoba (centro) y en 2003 fue procesado por el delito de abuso sexual en perjuicio de un exseminarista.

En aquel dictamen, el magistrado desestimó otras dos denuncias contra la autoridad religiosa al considerar que el tiempo transcurrido superaba el establecido para analizar la causa. "No puede ser que por sospechas, rumores o versiones unilaterales se condene a una persona. Nuestro sistema democrático y republicano trata de evitar este tipo de arbitrariedades", sostuvo ayer su abogado en declaraciones a la agencia oficial de noticias Télam.