La Unión Europea (UE) incrementó ayer la presión política sobre Estados Unidos y China para que asuman un mayor compromiso contra el cambio climático en las negociaciones de la conferencia mundial de Copenhague. Los dirigentes europeos acordaron en la cumbre de Bruselas ofrecer una ayuda financiera inicial de 2.400 millones de euros anuales para el periodo 2010-2012 a los países pobres para que afronten los efectos del calentamiento del planeta.

Esta cifra representa más de un tercio de la ayuda internacional que se considera indispensable para los países en desarrollo en esta primera fase. La UE confía en que su compromiso permita desbloquear las negociaciones en Copenhague e impulse un "ambicioso" acuerdo internacional. "La UE espera ahora que EEUU y China muevan ficha", declaró el primer ministro sueco y presidente semestral de la UE, Fredrik Reinfeldt.

EXITO SUECO La presidencia sueca logró vencer las reticencias de los estados que preferían esperar unos días antes de hacer pública la oferta de ayuda financiera, y consiguió que contribuyeran los 27 países miembros --incluso los del este, que estaban exentos--, pese a sus dificultades presupuestarias. No toda la aportación es nueva: una parte procederá de fondos que la UE ya preveía dedicar a países en vías de desarrollo, según detalló la presidencia de turno.

Los principales contribuyentes serán Gran Bretaña, Alemania, Francia y Suecia, mientras que algunas de las aportaciones serán testimoniales, como los 10.000 euros anuales prometidos por Letonia.

Con esta nueva oferta, la UE consolidó su liderazgo en la lucha contra el calentamiento del planeta, ya que una ayuda financiera concreta para los países pobres es esencial para obtener el respaldo de los países africanos y latinoamericanos a un acuerdo internacional para reducir las emisiones de gases. "Hasta ahora nadie había presentado un compromiso preciso", recordó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

No obstante, los países pobres, agrupados en el G-77, calificaron anoche la oferta europea de "insignificante", porque se limita a la financiación más a corto plazo. La propuesta es, por tanto, "insuficiente" y "no responde a la cuestión fundamental de la financiación a largo plazo de la ayuda a los países más pobres", según declaró el representante del G-77, el sudanés Lumumba Stanislas Dia-Ping.

La UE anunció su disposición a hacerse cargo de una parte equitativa --sin cuantificar-- de la ayuda financiera necesaria a largo plazo, que se estima que podría ascender a 50.000 millones anuales en el 2020, "pero los demás países industrializados también deberán asumir su parte", indicó Reinfeldt.

Para lograr un acuerdo en Copenhague es necesario un mayor compromiso de EEUU y un pacto para la financiación a largo plazo de los países pobres, subrayó la cancillera alemana, Angela Merkel. "La UE ha puesto 2.400 millones encima de la mesa. Ahora todo depende de los demás", señaló Reinfeldt al concluir la cumbre europea. "No hay otra propuesta de ayuda y reducción de gases en Copenhague tan precisa como la europea", destacó el presidente francés, Nicolas Sarkozy.

La UE recordó que ya ha puesto en marcha los procedimientos normativos para recortar sus emisiones de gases en un 20% en el horizonte del 2020 respecto a los niveles de 1990, mientras que las otras potencias industrializadas se han comprometido menos. "Las ofertas de reducción de gases de Estados Unidos y Canadá son muy poco significativas, porque representan en la práctica solo una reducción del 4%-5% respecto al nivel de 1990", señaló Reinfeldt.

RECORTE ADICIONAL Los Veintisiete reiteraron su oferta de incrementar la reducción de gases europea hasta el 30% en el 2020 si los otros países industrializados asumen un compromiso similar y si los países en desarrollo contribuyen también de forma suficiente.