Benedicto XVI está "desolado y angustiado" tras conocer el informe sobre los abusos de menores cometidos por curas católicos en Irlanda y comparte con los fieles de ese país la "indignación, la traición y la vergüenza" por esos delitos sexuales cometidos durante años.

Así lo señala el Vaticano en un comunicado, tras la reunión que hoy ha mantenido el Papa con representantes de la Conferencia Episcopal irlandesa para analizar los abusos cometidos durante años contra menores en ese país.

Traición a las promesas

Joseph Ratzinger, precisa el comunicado, tiene previsto enviar una carta pastoral a los fieles de Irlanda y ha asegurado que la Iglesia continuará investigando sobre este "grave caso". "Tras un atento estudio del informe [de la comisión Murphy], el Papa está profundamente desolado y angustiado por su contenido".

El Pontífice desea expresar una vez más su "profundo pesar por las acciones de algunos miembros del clero, que han traicionado sus solemnes promesas a Dios así como la confianza depositada en ellos por las víctimas y sus familias y por la sociedad en general", precisa el texto.

Difícil momento

El Obispo de Roma comparte "la indignación, la traición y la vergüenza que sienten muchos fieles en Irlanda y se une a ellos con la oración en este difícil momento en la vida de la Iglesia".

El Papa ha pedido a los católicos irlandeses y a los católicos de todo el mundo que se unan a él en la plegaria por las víctimas, sus familias y todos aquellos afectados "por esos crímenes atroces".

A la reunión con el Papa han asistido el presidente de la Conferencia Episcopal Irlandesa, cardenal Sean Brady; el arzobispo de Dublín, monseñor Diarmuid Martin; el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone; los cardenales y arzobispos de la Curia Roma competentes en el caso y el Nuncio en Irlanda.