Al menos 22 personas murieron ayer y otras 55 resultaron heridas al descarrilar varios vagones de un tren expreso que cubría la ruta entre Moscú y San Petersburgo, informó la cadena de televisión Vesti. Con anterioridad fuentes del ministerio de Rusia para Situaciones de Emergencia habían cifrado la víctimas del accidente en 10 muertos y más de un centenar de heridos. Un portavoz de esa cartera dijo a la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti que a la zona del siniestro fueron enviados dos aviones con equipos y médicos para desplegar un hospital de campaña.

El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, encargó al ministro de Emergencia, Serguéi Shoigu, adoptar todas la medidas necesaria para asistir a la víctimas del accidente, informó la oficina de prensa del Kremlin.

Además, el jefe del Estado impartió instrucciones al Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) y la Fiscalía General para que investiguen las causas del descarrilamiento.

El tren de pasajeros Nº 166, el Nevski Express, que desarrolla una velocidad de hasta 200 kilómetros por horas había salido de la estación moscovita Leningradsky a las 19.00 hora local (16.00 GMT) y su llegada a San Petersburgo estaba prevista para las 23.30 horas. Los cuatro últimos vagones del tren descarrilaron entre los kilómetros 285 y 286 por motivos que aún se desconocen. El accidente se produjo a las 21.34 hora local (18.31 GMT) a unos 25 kilómetros de la ciudad de Balogoye, en el tramo entre las estaciones Aleshinka y Uglovka, según el comunicado oficial de Ferrrocarriles de Rusia.