La epidemia de gripe A se encuentra muy cerca del punto de máxima incidencia. Los epidemiólogos prevén que dentro de una o dos semanas empezará a descender la cifra de afectados y fallecidos, una perspectiva que no les impide constatar que el virus A/H1N1 causa una mortalidad muy inferior a la de las espidemias de gripe de otros años. Hasta 20 veces menor, si se compara con las muertes atribuidas a la gripe en el 2008, si se tiene en cuenta que solo han transcurrido dos terceras partes de la epidemia (siempre y cuando se mantenga la proporción). El año pasado fallecieron por gripe en España entre 3.500 y 4.000 personas, según el Ministerio de Sanidad. A la gripe A se atribuyen, en estos momentos, 120 muertes. La comparación entre ambas infecciones reflejan pocas coincidencias: un 80% de los fallecidos por gripe A tenían menos de 65 años, a diferencia de lo que ocurre con las muertes por gripe estacional, que en un 75% de los casos inciden en mayores de 70 años, casi siempre vacunado.

La mayoría de contagios de la nueva gripe han ocurrido antes de que lleguen las temperaturas frías, un requisito que sí se cumplió en las epidemias tradicionales. Los virus suelen presionarse entre sí cuando coinciden.

Aunque se ha especulado ampliamente sobre los colectivos que tienen más riesgo de sufrir la nueva gripe, nada de esto se sabe con certeza Los expertos, advierten de que habrá de pasar bastante tiempo antes de poder describir con precisión el verdadero perfil del virus A.