El padre que olvidó a su hijo de 23 meses dentro de un coche en Sevilla, que murió por un golpe de calor, ha aceptado un año de cárcel por un delito de homicidio por imprudencia, mientras que su defensa pedirá la suspensión condicional del ingreso en prisión al carecer de antecedentes. Fuentes del caso informaron ayer de que el juicio contra J.M.B.A. estaba previsto para el pasado 17 de julio en el juzgado penal 5 de Sevilla pero no llegó a celebrarse porque el procesado reconoció los hechos y la Fiscalía rebajó su petición respecto al año y medio que solicitaba antes de la vista.

Según los hechos que le imputaba la Fiscalía, el acusado, de 48 años, salió de su casa a las 9.30 horas del 18 de julio del 2008 con su hijo de 23 meses, al que debía dejar en una guardería de Tomares (Sevilla), y luego continuar hacia su trabajo en un instituto de la localidad sevillana de Camas.

El acusado no era quien habitualmente llevaba a su hijo a la guardería pero sí lo estaba haciendo en el mes de julio, y aquel día el bebé se quedó dormido en su sillita reglamentaria, de acuerdo con el escrito de acusación del fiscal. "Omitiendo las más elementales normas de cuidado y diligencia exigibles a un buen padre de familia", según dicho escrito, el procesado se olvidó del menor, no lo llevó a su destino y en cambio se dirigió hacia su lugar de trabajo y dejó al pequeño dentro del coche, aparcado al aire libre, mientras él hacía algunas gestiones.

El niño quedó "abandonado a su suerte", sostenía el fiscal, hasta aproximadamente las 12.30 horas, por lo que sufrió un golpe de calor, con quemaduras de segundo grado en la pierna y pie derechos, fallo hepático agudo, edema cerebral y fallo multiorgánico. Durante la fase de instrucción, la madre del bebé aseguró que su marido era un buen padre y que el hecho fue un accidente fortuito, línea que la defensa del imputado mantuvo desde el primer momento.