La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, aludió ayer a las cifras de enfermos y fallecidos que hasta ahora ha causado el nuevo virus gripal A/H1N1 para recordar que, de momento, la epidemia es menos agresiva que la que se da todos los inviernos en España. Jiménez, no obstante, añadió que "para saber lo que ocurrirá el próximo invierno habrá que esperar aún un poco", y reconoció que su departamento está trazando planes que permitan preparar a todo el sistema nacional de salud para "lo peor". No concretó en qué consistiría esa realidad.

De momento, el virus está dejando sin colonias y campamentos de verano a un buen número de niños españoles. Además del centenar de menores que pasaban unos días de colonias en Centelles (Osona) y que fueron enviados a casa tras detectarse el virus en seis de ellos, ayer quedaron suspendidas las vacaciones de otro grupo de escolares en Hondarribia (San Sebastián) y las de un campamento de verano en Arévalo (Avila).

Un grupo de 62 croatas que veraneaban en España regresaron a casa por las mismas razones y 19 españoles que viajaban por Pekín sufrieron el mismo final de viaje. Esta circunstancia está alterando la vida de numerosas familias, que han de reorganizar el veraneo de sus hijos.

La ministra de Sanidad, entretanto, intentó tranquilizar sin desmovilizar a la población. "Utilizar cifras de previsión siempre es un asunto delicado --dijo--. Si nos basamos en la cifra de contagiados y fallecidos a día de hoy, resulta que la gripe A es mucho más leve que las estacionales". Pero añadió: "Teniendo en cuenta que el brote se inició hace poco tiempo, no tenemos suficiente información para saber cómo actúa". Sanidad elevó ayer a 1.426 el número de casos confirmados de gripe A en España, 127 más que el viernes, y confirmó que hay casos graves en 9 comunidades autónomas.

DISTINTA POBLACION Jiménez avanzó que, aunque la Organización Mundial de la Salud no determinará hasta septiembre cuáles son los grupos sociales con más riesgo de sufrir la nueva gripe, existen datos que permiten augurar que serán las mujeres embarazadas, los bebés y las personas con enfermedades previas. Estos colectivos son distintos de los que cada temporada son citados para recibir la vacuna antigripal, que son las personas mayores de 60 o 65 años y los enfermos muy inmunodeprimidos. Un cambio en la definición de los grupos de riesgo podría conducir a la necesidad de vacunar a un amplio sector de la sociedad.