Laura R. M. tenía 19 años, pesaba 109 kilos y medía 1,58. El 11 de enero del 2008 fue operada en la Clínica Cima de Barcelona para implantarle una banda gástrica con el fin de reducir su obesidad. Unas 10 horas después de la intervención murió. El juez ha apreciado ahora indicios de delito en la actuación del médico de Valencia que practicó la operación, Vicente D. R., y ha trasladado el caso a la fiscalía y a la acusación particular para que, si lo estiman oportuno, lleven a juicio al cirujano. El abogado de la familia de la fallecida, José Aznar Cortijo, ha presentado su escrito y pide para el facultativo dos años y seis meses de prisión por un delito de homicidio imprudente.

En el auto, al que ha tenido acceso este diario, el titular del Juzgado de Instrucción número 30 de Barcelona sostiene que en la operación, el cirujano imputado, ±debido a la manipulación incorrecta del instrumental utilizadoO, y sin percatarse de ello, causó una lesión que motivó que la paciente sufriera una hemorragia interna. Nadie del equipo médico y asistencial se dio cuenta, posiblemente debido a la posición de la persona intervenida, su obesidad y la ubicación de la lesión.

Al finalizar la operación y al desintubar y cambiar de posición a la paciente se manifestaron diversos síntomas ±objetivosO, según detalla el juez, que hacían pensar en la existencia de ±una complicación graveO por hemorragia. Pese a que diversas personas advirtieron lo que estaba ocurriendo, el médico acusado esperó casi tres horas en volver a intervenir a la joven para averiguar la causa exacta. En la segunda operación, en la que participó también un cirujano vascular, se comprobó que el estado de Laura R. M. "ya era irreversibleO, tanto por las lesiones ocasionadas como por ±el injustificado periodo de espera sin intervenir".