Un grupo de traficantes de hachís de origen marroquí ha sido desarticulado por la Guardia Civil en Málaga después de que se les descubriera descargando fardos de droga a plena luz del día en una playa de Marbella ante la mirada atónita de los bañistas. Según un comunicado del instituto armado, la banda introducía la droga en motos acuáticas procedentes del otro lado del estrecho. Cuando las motos llegaban a la orilla, unos traficantes escondidos entre la vegetación salían de entre la maleza y cargaban rápidamente los paquetes de hachís en vehículos todo-terreno. En apenas un minuto, el alijo ya estaba cargado y los 4x4 abandonaban la playa a toda velocidad. Al mismo tiempo, los pilotos de las motos de agua se quitaban de en medio y desembarcaban en otro punto del litoral.

En la operación, bautizada como Hamela e iniciada el pasado abril, agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) en Málaga han recuperado 2,5 toneladas de hachís y han detenido a diez personas. Supuestamente, los traficantes salían con las motos acuáticas desde España y cargaban la droga en Marruecos antes de regresar a la península. Fuentes del instituto armado apuntan a que los fardos se les suministraban también desde grandes barcazas fondeadas en el mar de Alborán con las que mantenían comunicación. Para conseguir introducir tanta droga en vehículos tan pequeños, los traficantes hicieron "varios viajes" y desembarcaron en distintos puntos del litoral, según las mismas fuentes.

La organización estaba compuesta mayoritariamente por ciudadanos marroquíes asentados en la Costa del Sol y que manejaban grandes cantidades de dinero y coches de alta gama a pesar de que no tenían una actividad conocida en España, según el comunicado del instituto armado. La red, que contaba con el apoyo de otro grupo de supuestos traficantes que se desplazaban desde la Comunidad Valenciana, mantenía "frecuentes contactos con personas residentes en Marruecos".