Un juez de Valencia ha decretado la puesta en libertad de un hombre de origen guineano que llevaba encarcelado en Picassent casi un año por un delito contra la salud pública que finalmente se ha demostrado que no cometió, según fuentes de Instituciones Penitenciarias. Este hombre, de 34 años, ingresó en 2008 en la unidad de preventivos de la prisión valenciana tras una redada por narcotráfico realizada en Valencia, pero solo después de que la reciente sentencia le condenara a cuatro años de cárcel comenzó a proclamar activamente su inocencia.

Según fuentes de la dirección de Picassent, a raíz de esa condena el hombre comenzó una huelga de hambre para protestar por lo que él aseguraba que había sido "una suplantación de personalidad", de la que acusaba a un hombre "que conoce" y con el que incluso, según dijo, "compartió celda en una ocasión".

Los funcionarios responsables de la prisión, al tener conocimiento de que el hombre estaba llevando a cabo esa protesta, se "interesaron especialmente" en su caso. A partir de entonces, la dirección de la prisión de Picassent informó a las autoridades judiciales para que se hicieran cargo de las investigaciones, y el preso, al observar que se estaba trabajando para esclarecer el asunto, decidió abandonar la huelga de hambre después de tres semanas de protesta.

La investigación policial y judicial ha determinado que en aquella redada en Valencia, uno de los arrestados -que iba indocumentado- se identificó con el nombre de otro hombre que conocía, sobre quien pesaba una orden de busca y captura por otra causa. Posteriormente se le localizó, se le detuvo y se ordenó su ingreso en Picassent.

El cotejo de las huellas policiales de aquella redada y de las tomadas a este hombre a su llegada a la cárcel valenciana ha revelado que no son las mismas.