Un caso similar al de Josef Fritzl ha surgido en Italia: la Policía ha detenido en Turín a un hombre de 64 años acusado de encerrar y violar reiteradamente a su hija durante 25 años. También animó a hacer lo mismo a su hijo; el individuo, de 41 años de edad, también ha sido arrestado, acusado además de violar a sus propias cuatro hijas.

El diario italiano La Stampa la califica como la casa de los horrores. La víctima, que ahora tiene 34 años y es llamada por la prensa con el seudónimo de Laura, fue encerrada en una habitación sin luz eléctrica y violada por su padre cuando tenía solo nueve años. Poco después, a los 13 años, fue forzada a dejar la escuela.

Por su lado, la Fiscalía italiana cree que el comportamiento del detenido tiene su origen en una oscura "tradición familiar", según la cual "la primogénita pertenecía al padre".

Según ha trascendido, en el año 1994, la mujer trató de fugarse escapando de casa y refugiándose con sus tíos. El padre fue a por ella, la reprendió y la acompañó a la comisaría para interponer una denuncia contra esos familiares por agresión sexual. Un psicólogo de la Policía consideró que la víctima se había inventado todo y juzgó que las acusaciones no eran creíbles, archivando el caso.

Finalmente, en octubre del año pasado la mujer pudo interponer una nueva denuncia. Había tenido una bronca con su padre y se refugió en la casa de su hermano, a quien después acusó de secuestrarla y violarla durante 15 días.

Esta vez, las investigaciones desembocaron en la detención de los dos hombres, acusados de violación y de actos obscenos en público, pues algunas de las violaciones fueron perpetradas en el coche, en plena calle.

La madre vivía en la casa familiar, donde, además de la joven, convivían tres hijos, incluyendo discapacitados físicos. "Era una familia normal", según el fiscal, quien añade que por ahora no hay indicios de abuso sexual de otros niños.

LA DENUNCIA La investigación comenzó el pasado octubre, cuando Laura (nombre ficticio) presentó una denuncia contra su hermano, acusándole de haberla violado y secuestrado durante dos semanas, cuando ella se refugió en su casa después de una discusión con su padre.

"No es una historia fácil de relatar", señaló el fiscal adjunto Pietro Forno, que ha coordinado la investigación de este caso. "Ha hecho falta mucho tiempo para conseguir descubrir lo que estaba ocurriendo entre aquellos muros", explicó.

La Policía, paradójicamente, estuvo muy cerca de conocer la verdad en 1994. Entonces, según explicó Forno, "el padre le obligó a denunciar a un tío", a cuya casa había huido buscando ayuda.