Una operación coordinada entre la Guardia Civil y la Policía Local ha dado el mayor golpe al tráfico de personas entre Melilla y Marruecos, con la detención de 21 personas, la imputación de otra y la intervención de 12 vehículos, en una actuación dirigida y supervisada por el Juzgado de Instrucción número uno de Melilla. Según informó ayer la Delegación del Gobierno, los miembros de esta organización utilizaban de forma habitual dobles fondos de vehículos para transportar a inmigrantes de origen subsahariano desde el país magrebí a la ciudad española. Lo hacían desde hace meses.

La red estaba formada por personas de nacionalidad marroquí y española. En Marruecos, concretamente en las localidades fronterizas de Farhana y Beni Enzar, se captaba a las víctimas, que pagaban entre 1.500 y 3.000 euros por contratar los servicios de la mafia, según informaron fuentes policiales. Allí se preparaban los vehículos para poder introducir en habitáculos infrahumanos a los inmigrantes que "se jugaban la vida" al intentar cruzar la frontera hacia Melilla ocultos en los dobles fondos practicados a esos automóviles.

Las personas que se encargaban de adquirir los vehículos --para su posterior preparación construyendo los dobles fondos-- eran los propios dirigentes de la red en Melilla. En cambio, los conductores y titulares de los vehículos captados por esta mafia eran personas de escasos recursos económicos, algunas drogodependientes, otras con antecedentes penales y que en ocasiones habían pasado por la cárcel. El denominador común de los implicados era su precaria situación económica y su "urgente" necesidad de dinero.