El periodista iraquí convertido en héroe nacional por lanzarle sus zapatos al ex presidente de EEUU George W. Bush compareció hoy por primera vez ante el tribunal que lo juzga, pero la vista fue aplazada hasta el próximo 12 de marzo.

Montaner al Zaidi, de 27 años y reportero del canal de televisión vía satélite Al Bagdadia, cuya sede está en El Cairo, se presentó hoy ante el Tribunal Central Penal de Irak, esposado y en medio de especiales medidas de seguridad.

Durante su comparecencia, que fue breve, Al Zaidi aseguró que "no quería matar al jefe de las tropas de la ocupación" cuando tiró sus zapatos a Bush, al que calificó de "primer asesino" del pueblo de Irak, según explicó en una rueda de prensa más tarde su abogado Diaa al Saadi, jefe del equipo defensor.

Al Zaidi confesó, además, que vio "el mundo negro" cuando observó "la sonrisa fría de Bush, mientras hablaba con (el primer ministro iraquí, Nuri) Al Maliki y le decía que iba a cenar con él después de la rueda de prensa".

El periodista se refería a una rueda de prensa conjunta que Bush y Al Maliki dieron en Bagdad el pasado 14 de diciembre, durante la cual Al Zaidi lanzó sus zapatos contra el mandatario de EEUU, que consiguió esquivarlos.

"Sentí que la sangre de los inocentes corría debajo de mis pies cuando vi la sonrisa de Bush, que vino para despedirse de Irak en la última cena, tras dejar más de un millón de mártires, además de la destrucción económica y social del país", agregó el periodista.

Entonces, "tiré el primer zapato a Bush, pero no le alcanzó, e inconscientemente lancé el segundo...no quería avergonzar al primer ministro (iraquí), ni matar al jefe de las tropas de la ocupación (Bush)", se excusó Al Zaidi.

Durante la vista, el reportero fue interrogado, también, sobre posibles torturas sufridas mientras estaba detenido. En ese sentido, el abogado denunció que cuando vio a su cliente en el juzgado "tenía la nariz y uno de los dientes rotos, además del ojo izquierdo dañado, lo que confirma que fue golpeado y torturado".

Tras el interrogatorio, el tribunal anunció que aplazaba la audiencia judicial hasta el próximo 12 de marzo. Los jueces están a la espera de una información que puede resultar clave para el proceso judicial del periodista, vinculada a las formalidades que se cumplieron, o que se debieron cumplir, cuando Bush visitó Irak.

Los jueces quieren saber si Bush recibió una invitación formal del Gobierno de Bagdad cuando estuvo en esta capital para firmar un convenio de seguridad que permitió la continuación de la presencia en este país de las tropas estadounidenses.

En el caso de que no se haya cumplido esa formalidad, se desconoce cómo podría afectar a la situación procesal de Al Zaidi, acusado de un "ataque a un jefe de Estado durante una visita oficial", delito castigado con una pena de entre 7 y 15 años de prisión.

Además de lanzar sus zapatos, el periodista insultó a Bush: "Este es el beso de despedida, perro", un mes antes de que abandonara la Casa Blanca al término de su mandato.

En Irak, igual que en gran parte del mundo árabe, arrojar un zapato es una de las mayores ofensas que se pueden cometer contra una persona, al igual que llamarlo "perro".

Todo ello pasó el 14 de diciembre pasado, fecha en que se cumplían exactamente cinco años desde la captura de Sadam Husein, el presidente iraquí cuyo derrocamiento fue uno de los objetivos de las tropas estadounidenses que invadieron este país ocho meses antes.

La audiencia judicial que se llevó a cabo hoy contó con la presencia de un limitado número de periodistas extranjeros. No se permitió el acceso a los reporteros de los medios de comunicación locales, según Al Bagdadia.

El escenario fue una sala judicial situada en la llamada "zona verde", el área de Bagdad donde se concentran edificios públicos y muchas embajadas y que está especialmente custodiada.

Se permitió la entrada de familiares del procesado, pero cuando terminaron las diligencias judiciales fueron llevados por agentes de seguridad a un lugar desconocido, por lo que no fue posible obtener comentarios de ellos.

La hermana de Al Zaidi, Um Hanaa, que no estuvo dentro de la sala judicial, lamentó en declaraciones a los periodistas la falta de información sobre el juicio y la imposibilidad de comunicarse con sus parientes.