Los magistrados discrepantes con las sentencias mantienen en sus escritos que los contenidos de esta materia pueden invadir la esfera de la privacidad y de la intimidad. Además, algunos magistrados han observado que las sentencias del Supremo no resuelven el debate que se ha abierto en la sociedad, y que en el futuro será necesario resolver caso a caso cada vez que los padres reivindiquen el derecho constitucional a elegir la formación religiosa y moral que quieren para sus hijos. Las asociaciones defensoras de la objeción de conciencia han considerado que las cuatro sentencias hechas públicas por el Supremo prohíben el adoctrinamiento y ratifican el derecho de los padres a educar moralmente a sus hijos. La Confederación Nacional Católica de Padres de Alumnos se ha mostrado satisfecha.