El fabricante aeronáutico canadiense Bombardier envió un equipo de técnicos a Búfalo para cooperar en la investigación del accidente del avión. La nave era un Dash 8 Q400 fabricado por la compañía canadiense. La empresa expresó sus condolencias a las familias de las víctimas del accidente. Bombardier ha vendido ese modelo, un avión turbopropulsado para distancias cortas, a numerosas compañías aéreas. En 2007, la escandinava SAS anunció que dejaría de utilizar ese modelo por no confiar en su seguridad tras una serie de averías en el tren de aterrizaje en tres de los 27 aviones.