La vigésimo novena Feria Internacional de Turismo de Madrid (FITUR) abrió ayer sus puertas en una edición marcada por la crisis económica mundial y en la que intenta demostrar que el turismo puede aguantar mejor la situación que otros sectores.

Los Príncipes de Asturias han asistido a la apertura de la feria recorriendo a puerta cerrada varios pabellones del recinto ferial Juan Carlos I de Madrid, donde se notaron las ausencias de expositores que ha causado la crisis.

Don Felipe y Doña Letizia, acompañados por los ministros de Industria, Miguel Sebastián, y de Fomento, Magdalena Alvarez, han podido ver, en un recorrido de más de dos horas, desde un encierro virtual de los Sanfermines hasta la tradicional y antigua danza de la India conocida como Brhanga.

Los Príncipes han terminado su visita en la zona dedicada a las empresas, con paradas en cadenas hoteleras españolas y en ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) y de algunas compañías aéreas.

La actual edición de Fitur intenta capear como puede el temporal de la crisis que le ha afectado, con una reducción de un 13 por ciento en la cantidad de metros cuadrados de superficie ocupados, 87.520 metros frente a los 100.000 del año pasado.

También tiene que mantener el tipo ante la desaparición de algunos de sus más ilustres expositores, como son, entre otros, Iberia, Grupo Globalia y Grupo Barceló, y una reducción de un 9 por ciento de expositores.

No obstante, todos los expertos consultados consideran que el turismo está capeando mejor la situación, aunque los pasillos de los 14 pabellones ocupados sean más anchos, los pasos entre cada pabellón, donde antes era muy difícil pasar, totalmente diáfanos, y hasta los taxistas se "quejen" en una feria en la que suelen hacer su agosto.