Un colosal temporal de viento y mala mar comenzó a azotar ayer más de media España y amenaza con alcanzar hoy su cénit, con rachas de hasta 140 kilómetros por hora y olas de 10 metros, ocho incluso en la línea de costa. La zona más castigada será toda la cornisa cantábrica, donde ayer los preparativos (paseos marítimos cerrados, preparativos de evacuación, blindaje de cristaleras...) presagiaban lo peor. Anoche comenzó el castigo en Galicia. No será Cataluña la comunidad más castigada, pero la primera víctima del temporal falleció ayer en Barcelona, una mujer de 52 años murió al caerle un muro mientras paseaba como consecuencia del vendaval.

Los preparativos en el País Vasco, por ejemplo, eran inauditos. No en vano, la viceconsejera de Interior, María del Yermo Urquijo, avisó de que se trata del viento huracanado y temporal de mar más fuerte que ha sufrido jamás Euskadi, más incluso que el de marzo del año pasado, que hundió medio centenar de embarcaciones. Ilustra a la perfección el miedo desencadenado entre la población la imagen de los comerciantes de la zona baja de San Sebastián sellando con maderas y ladrillos las entradas de sus comercios. Olas de ocho metros en plena playa, si llegan a confirmarse las previsiones, pueden ser temibles. Tan inusual es el temporal que ayer comenzó a llegar al norte de España, que los partes meteorológicos incluían un término reservado para ocasiones muy especiales: mar montañosa. Por encima de esa calificación solo queda ya la mar enorme. En un estado de mar montañosa, las embarcaciones de pequeño y medio tonelaje se pierden de vista, y las crestas de las olas son tan largas que sus puntas caen a modo de cascada.

El temporal amainará hoy por la noche. Las hora críticas se supone que serán las comprendido entre las siete de la mañana y la una de la tarde. Así, lo ocurrido ayer por la tarde y noche en Galicia se supone que fue solo un anticipo.