El presunto violador en serie de Las Palmas Miguel Angel M.R., de 47 años, acusado de cometer al menos una veintena de agresiones sexuales, fue encontrado ayer ahorcado en un baño de la cárcel grancanaria del Salto del Negro cuando disfrutaba de sus dos horas de patio.

Aunque todo apunta a que Miguel Angel, también conocido como el "Violador de la furgoneta blanca", pudo haberse suicidado, la policía investiga si en su muerte pudieron haber participado otros presos, informaron a Efe fuentes policiales.

Miguel Angel M.R. estaba ingresado en la prisión grancanaria desde su detención el pasado mes de septiembre acusado de cometer numerosas violaciones, y otros delitos graves como un intento de homicidio, en distintas islas del archipiélago.

Debido al rechazo que suscitan en la cárcel los delincuentes sexuales, y sobre todo por el gran número de delitos cometidos en la misma isla, el interno se encontraba "incomunicado" del resto de los presos, si bien compartía el patio con otros tres internos.

Miguel Angel M.R. salió ayer al patio a las dos y una hora más tarde fue encontrado por uno de estos presos "colgado" en el interior del baño de la zona. Avisado el médico de la cárcel, éste sólo pudo certificar su defunción.

Tras confirmar el ahorcamiento del preso, fuentes de Instituciones Penitenciarias no se pronunciaron sobre si la muerte del preso fue un homicidio o un suicidio. Fuentes de la prisión sostuvieron a Efe que el preso debió suicidarse y que es imposible que fuera víctima de otros internos debido a "la condición de refugiado" del presunto violador, por la que estaba apartado de la generalidad de los internos para evitar precisamente que fueran contra él. También afirmaron que, debido a la fuerte complexión física del muerto, para que hubiera sido ahorcado por otros internos se habría necesitado la intervención "de un buen número de personas".

Un trabajador de la prisión no se sorprendió esta tarde de que el cuerpo fuera hallado en los baños en sus horas de patio, ya que siempre las pasaba allí, pues su presencia en el exterior provocaba muestras de repulsa e insultos desde las ventanas por parte de los demás presos. El furgón funerario del presunto violador salió de la prisión después de haber ordenado el juez el levantamiento del cadáver.