Los responsables de la clínica Ciudad de Udine, en el norte de Italia, anunciaron ayer que finalmente han decidido acatar el veto impuesto por el Gobierno y no desconectarán a Eluana Englaro, una mujer de 38 años que permanece en estado vegetativo desde 1992. El centro médico había puesto sus instalaciones a disposición de la paciente y de un equipo de médicos y enfermeros voluntarios que se iban a encargar de la interrupción de la hidratación y de la alimentación de Eluana, autorizada el pasado noviembre por el Tribunal Supremo a petición de la familia. Sin embargo, la clínica reconsideró su decisión después de estudiar las posibles consecuencias que se pueden derivar de desobedecer una circular que el Ministerio de Sanidad italiano emitió el 16 de diciembre en la que prohibía a todos los centros, tanto públicos como privados, interrumpir la alimentación de pacientes en estado vegetativo.

Giuseppe Englaro, padre de Eluana, que ha luchado durante una década para que la justicia le concediese el derecho a desconectar a su hija, expresó en una nota su "respeto" a la decisión de la clínica "tras la circular del ministerio".