Después de la puesta en marcha del AVE entre Madrid y Barcelona, algunos se han sorprendido ante la puntualidad del 100% alcanzada los primeros días, aunque los expertos en trenes de gran velocidad ya lo esperaban. Las demoras en el AVE Madrid-Sevilla han sido tan escasas durante los 16 años de funcionamiento que Renfe ocupa el segundo lugar en la clasificación de la puntualidad de este tipo de transporte en el mundo. Solo Japón la supera por poco, mientras que Francia y Alemania se hallan colocadas muy por detrás.

Un reciente estudio de la Unión Internacional de Ferrocarriles (UIC) sitúa a cada país en su sitio. España mantiene una dura pugna con la red japonesa de ferrocarriles, la pionera en alta velocidad, que hasta ahora se había saldado a favor de Renfe, dado que en el Madrid-Sevilla el grado de puntualidad alcanza el 99,7%, es decir, que casi el 100% de sus trenes llegan con menos de un cuarto de hora de retraso.

Japón se situaba en segundo lugar. Aunque este país no ofrece datos oficiales homologables --cuenta las demoras cuando superan un minuto--, los expertos de la UIC calculan que el equivalente en puntualidad con un margen de 15 minutos sería el 99%. Este año, los nipones han pasado a ocupar el número uno debido a los retrasos que jalonaron la puesta en marcha de las líneas de Valladolid y Málaga, que han bajado la puntualidad española al 98,54. No sería difícil que este año España recuperara el cetro si la línea Madrid-Barcelona mantiene las cifras de las primeras jornadas.

SEXTO LUGAR PARA EL TGV ¿Y los TGV franceses, los introductores de la alta velocidad en Europa? Aunque parezca increíble, ocupan el sexto lugar detrás de la República Checa, Noruega, Corea del Sur y Finlandia, con una fiabilidad del 92,5%. Más lejos aún de los índices españoles se encuentran el Eurostar francobritánico que une París con Londres (93,5), la incipiente red de alta velocidad italiana (87%), la Deutsche Bahn alemana (79%) y los estadounidenses de Acela Express (77%).

¿Cómo se explica que un país tan poco dado a la puntualidad y una empresa tradicionalmente tan poco caracterizada por esta virtud se estén convirtiendo en referente mundial? Al margen de los cambios que han experimentado tanto la sociedad española como Renfe en los últimos 20 años, la principal clave habría que buscarla en la puesta en marcha del Madrid-Sevilla.

Cuando empezó, la línea inaugurada en 1992 disponía tan solo de seis convoyes en cada dirección sin interferencia de ningún otro tipo de trenes dado que el ancho de vía era incompatible con el resto de la flota de Renfe. En estas condiciones no era muy difícil mantener las demoras bajo mínimos. "Con el paso del tiempo, la imagen que asocia alta velocidad a puntualidad extrema se ha ido consolidando en España y ahora los usuarios no tolerarían demoras que en Francia o Alemania se consideran tolerables", explica un directivo de Renfe.

TREN ULTRARRAPIDO El reto será mantener este nivel de exigencia cuando por la línea Madrid-Barcelona circulen muchos más trenes. Hoy pasan tan solo 34, poco más del 10% de los 300 que cada día unen Tokio con Osaka y llevan 400.000 pasajeros. Por cierto que en Japón la línea del Shinkansen, el tren de alta velocidad que une Tokio y Osaka, va a cumplir ya 44 años y se empiezan a concretar los planes para construir una nueva línea ultrarrápida, que reduciría a poco más de una hora el trayecto de 550 kilómetros que separa las dos grandes metrópolis del país, que ahora se puede hacer en dos horas y 25 minutos.