Los elevados precios han sido hasta ahora el principal aliado de la Antártida. Por ejemplo, un viaje estándar desde Barcelona, con vuelo a Ushuaia y 10 días en barco, puede costar 6.000 euros. De los 47.000 visitantes, 300 son españoles. "Suele ser gente de cierta edad, que viaja mucho y se preocupa por el medioambiente", explica Kratzmaier.