Tim lloró la repentina muerte de su mejor amigo en los calabozos de los Mossos d´Esquadra de Barcelona. La madrugada del pasado sábado, Mattis falleció repentinamente en su casa de Ciutat Vella mientras celebraba con un grupo de amigos la fiesta de su 24º aniversario. Mattis disolvió en una bebida una bolsa de MDMA (éxtasis) en polvo que le había proporcionado Tim y cayó fulminado. Los Mossos detuvieron al amigo, acusado de los delitos de homicidio imprudente y tráfico de drogas.

Los investigadores entienden que hay delito en el acto del joven de dar la droga a su amigo, aunque lo hiciera por encargo y sin cobrarle. El arrestado pasó a disposición judicial el domingo y quedó en libertad con los mismos cargos que le atribuyen los investigadores.

El suceso, más allá del relato de los hechos en los que un joven sueco de 24 años que trabajaba y vivía con su novia en Barcelona toma éxtasis y muere, plantea no pocas novedades e interrogantes por la detención y las responsabilidades penales que se atribuyen al amigo de la víctima. Los Mossos insistieron durante el día de ayer en que el Código Penal determina con claridad que aquel que facilita droga --reciba o no dinero a cambio-- comete un claro delito contra la salud pública.