El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no ha dado fecha para la llegada de la línea ferroviaria de alta velocidad a Barcelona, inicialmente fijada para el próximo día 21 de diciembre, si bien ha manifestado su deseo de que se produzca lo antes posible.

Así se ha pronunciado el jefe del Ejecutivo durante su comparencia en el pleno del Congreso. Zapatero, ha condicionado la culminación de las obras del AVE y su puesta en servicio a la reparación de las averías en Cercanías y el restablecimiento de este servicio ferroviario "con todas las garantías de seguridad".

EVITAR PRECIPITACIONES El mandatario ha rechazado que el Gobierno se precipitara en fijar la fecha de inauguración del AVE. "Todo estaba planificado para que la obra se hubiera entregado en febrero. Surgieron problemas técnicos y ampliamos el plazo de entrega hasta agosto pasado. Ni pasó nada entonces ni pasará nada ahora por tener que prorrogarlo", ha declarado.

"Mis excusas vienen acompañadas de prioridades claras y de actuaciones concretas, y vienen desnudas de promesas irrelevantes sobre fechas más o menos precisas", subrayó.

Zapatero afirmó que las excusas presentadas ayer no son meras palabras, sino que se concretan en un plan de acción del Gobierno que consta de tres puntos: primero, "garantiza la seguridad de las líneas en servicio y de las obras en ejecución", segundo, "abrir las líneas de Cercanías", y tercero, "la conclusión de las obras del AVE".

El presidente del Gobierno destacó varias veces a lo largo de su intervención el comportamiento de los ciudadanos de Cataluña y Barcelona por su "ejemplar civismo y contención".

A quienes gobernamos nos corresponde dar respuestas", ha subrayado.

Tras referirse a la situación sufrida por el movimiento de una pantalla del túnel que corre por debajo de la línea de Cercanías entre Barcelona y Vilanova, el pasado 20 de octubre, y al riesgo que suponía continuar los trabajos, el presidente ha confirmado que "por esa razón" se paralizaron las obras del trazado del AVE en ese tramo.

La causa de esta incidencia supuso que quedasen sin servicio desde ese día las líneas C-2 sur y C-10 de Cercanías, así como la entrada a Barcelona de la línea de los Ferrocarriles de la Generalitat Llobregat-Anoia, y limitada la disponibilidad de la C-7.

Por otra parte, los portavoces del PP, CiU, ERC e IU-ICV exigieron al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que destituya a la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, y que, más allá de asumir su responsabilidad, solucione los problemas en las Cercanías de Barcelona.

El líder del PP, Mariano Rajoy, acusó a Zapatero de estar más preocupado por la proximidad de las elecciones generales que por que "las cosas se hagan bien".

El líder de la oposición reclamó al presidente que "plasme" en algún gesto su voluntad real de enmendar el "error" que le ha emplazado a reconocer.