El preocupante déficit de candidatos para cubrir las plazas de jueces y fiscales ha movilizado al Gobierno. El ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, anunció ayer que, si el PSOE gana las próximas elecciones, impulsará una reforma del sistema de acceso a la judicatura que permitirá a los licenciados en Derecho con mejores expedientes ingresar en la carrera judicial sin necesidad de opositar, pero cumpliendo con un curso de formación de cuatro o cinco años. El Ejecutivo pretende reclutar en las universidades.

"La clave es pescar donde lo hacen los despachos de abogados. No sé por qué nos tenemos que dejar pisar. Hay que hacer una buena oferta y después, proponer una formación seria, en la que quienes hayan acreditado unos conocimientos se formen en la vida, los valores y la práctica", explicó el ministro. Sería una fórmula paralela a la oposición. Fuentes del Ministerio de Justicia precisaron que el sistema no comportaría la eliminación del actual. "Son complementarios", precisaron.

El objetivo de esta reforma es paliar el "alarmante" descenso de los opositores a jueces o fiscales, ya que si en el 2000 se presentaron al concurso más de 6.000 candidatos, en las pruebas del 2006 se examinaron menos de 4.000, explicó Fernández Bermejo ayer en Barcelona, tanto en el discurso pronunciado en una jornadas internacionales de juristas como en declaraciones a la prensa. En esta legislatura, agregó el ministro, aún se deben cubrir 1.100 plazas de jueces y fiscales.

ALTOS CONOCIMIENTOS Con esta reforma legislativa, el Gobierno pretende atraer a la carrera judicial a los estudiantes o licenciados con mejores expedientes en las universidades públicas, que "son gente que han acreditado conocimientos por encima de lo normal". El ministro preciso que se tendrán que firmar convenios con las universidades. Para empezar la selección de candidatos, a su entender, la Administración debería participar en el último tramo de los estudios.

Al igual que los opositores, los estudiantes y licenciados elegidos para la carrera judicial se formarían en base al actual el modelo de la Escuela Judicial, situada en Barcelona, durante cuatro o cinco años y, sobre todo, en cuestiones prácticas, humanas y sociales. Y es que Bermejo quiere que los nuevos jueces y fiscales, además de ser "buenos operadores en Derecho" y expertos "conocedores de la ciencia jurídica", sean personas "impregnadas de vida, en contacto con la sociedad" y que tengan "experiencia vital".

El ministro apostó para que los futuros jueces o fiscales, por ejemplo, pasen durante su formación por un servicio de urgencias de un hospital ---"para que se den cuenta de lo que significa decidir sobre vidas y tratamientos"---, por empresas o sindicatos. A esta apertura se añadiría la necesidad del conocimiento de las instituciones y el Derecho europeo y de lenguas extranjeras. "Quiero a los mejores y que estos no se vayan a los despachos privados", insistió.