El Defensor del Paciente pidió ayer a la fiscala jefe del Tribunal Superior de Justícia de Cataluña (TSJC), Teresa Compte, que abra una investigación para aclarar la muerte de una niña de 11 años, el viernes, en un albergue escolar de Cabrera de Mar (Maresme). La pequeña, Jessica U. T., que fue atendida en dos ocasiones por servicios médicos que no detectaron que su situación fuese tan grave, fue enterrada ayer en su pueblo, Kortezubi (Vizcaya).

La presidenta de la asociación, Carmen Flores, ha remitido una misiva a Compte en la que sostiene que se habría producido "un error de diagnóstico grave". En la carta, se relata lo sucedido para a continuación reclamar a la fiscalía "la depuración de responsabilidades y el esclarecimiento de este penoso suceso".

El servicio médico de emergencias de Montserrat emitió ayer un comunicado en el que asegura que el "diplomado de guardia" atendió a la pequeña "por un cuadro de mareo" a las 13.45 horas del jueves. Tras un periodo de observación y dada "la mejora", la alumna salió "por su propio pie" una hora y media después. Por la tarde, Jessica fue atendida en el CAP de Vilassar de Mar (Maresme). Apenas 11 horas después, falleció.

Flores critica que el médico de Vilassar no tomase ninguna medida, "como la de enviarla a un centro hospitalario". "No es normal que una niña se muera en la habitación de un albergue después de decir todo el día que estaba mal", añade.

La Conselleria de Salut aseguró el sábado que este último médico le diagnosticó una gastroenteritis viral tras comprobar que tenía vómitos y tos. En el ambulatorio, se le hizo una exploración respiratoria y otra abdominal que resultaron normales, por lo que el facultativo le recetó una dieta y un jarabe.

Los resultados preliminares de la autopsia aclararon que la menor no murió por una meningitis. De momento, se desconocen nuevos datos sobre las causas de la muerte y lo más probable es que el juzgado de Mataró responsable del caso entregue directamente los resultados a la familia. La conselleria ha abierto un expediente informativo para aclarar las circunstancias del fallecimiento.

Mientras, en su localidad de origen, familiares y amigos despidieron a Jessica en un multitudinario funeral en la iglesia de Santiago Apóstol, que congregó a centenares de personas. El alcalde, Domingo Bilbao, recalcó que se trataba de un "duro trago". Su hija era amiga de la víctima y estuvo con ella en el albergue.