Nacimiento: Madrid , 1949.

Formación: Doctor en Físicas.

Cargo: Catedrático de Historia de la Ciencia en la universidad Autónoma de Madrid.

Trayectoria: Miembro de la Real Academia Española (RAE) desde marzo de 2003, asesor del CSIC, Premio Ortega y Gasset 2001.

Aúna en su persona la rara figura del humanista y el científico. En la nueva y triplicada edición (1.000 páginas) de El poder de la ciencia (Ed. Crítica) disecciona avatares e hitos en los últimos 200 años.

--¿Qué científico y avance destacaría en España y en el mundo?

--Muy fácil, Santiago Ramón y Cajal. Es el único español que figura por derecho propio entre los inmortales. Su teoría neuronal del sistema nervioso es hoy tan importante como a finales del siglo XIX. En el mundo, Albert Einstein, por sus contribuciones a las teorías de la relatividad y la física cuántica.

--¿Cuál es la situación de la ciencia ahora mismo en España?

--Está mejor de lo que estuvo en el pasado. Pero ¡faltaría más! Es un país más poderoso económicamente y estable, y se presta más atención a la ciencia.

--Comparada con otros países, ¿es la octava potencia mundial como lo es en la economía?

--La investigación científica es creación de conocimiento para obtener poder económico, industrial y político. Ahí no ha disminuido la distancia que nos separaba de los países punteros. Estamos lejos de ser la octava potencia en este campo. Ni de casualidad. La ciencia necesita tradición, estabilidad. No hay recetas mágicas para de un año a otro convertir un país pobre en cuanto a ciencia en puntero.

--¿No termina de llegar un pacto de Estado, como piden los científicos?

--En las últimas legislaturas, los partidos han prestado cierta atención a la ciencia. Pero el ministerio que creó el PP fue un fracaso y se incumplieron promesas. Ahora aparece la ciencia como objeto preferente, pero siguen los conflictos partidistas y predominan otros temas.

--El año será un éxito si...

--Si sirve para difundir la ciencia entre la ciudadanía y se instala también en la enseñanza secundaria y la media, que es donde se debe surgir el amor y el interés por la ciencia.

--¿La cultura científica es una asignatura pendiente?

--Sí, me sorprende la ignorancia en materia científica, incluso en personas que son consideradas educadas y protagonistas de la vida cultural, y entre los políticos. Es inconcebible la ausencia de discusiones y consejos asesores en el Parlamento.

--¿Sin conocimiento científico no hay cultura?

--Evidentemente. Todo lo que hacen los humanos es cultura, pero no conocer y valorar todas las creaciones es una pobre idea de cultura, una aberración.

--¿Cuál es el principal reto pendiente de la ciencia?

--Entender de una manera global y unitaria el cerebro. También, la unificación en una sola teoría las cuatro interacciones del universo.

--¿La manipulación genética humana será imparable?

--En un mundo globalizado se terminará interviniendo en la propia evolución de la especie. Si tenemos los elementos para eliminar el dolor o males a la descendencia, no valen argumentos religiosos. Se termina construyendo hombres más fuertes, altos... Lo único que intentaría es que la ciencia no sirva para aumentar las desigualdades sociales. La ciencia no es un nuevo Dios. Lo que vale es lo que decidan las sociedades democráticas.

--¿Cómo ilusionar a los jóvenes por la ciencia?

--Hablando de ella de manera que la sientan como propia, resaltando el valor de la creación humana que nos trasciende...

--¿Invertir en ciencia es más rentable que en ladrillo?

--A medio y a largo plazo, sin duda. Las próximas generaciones vivirán gracias a lo que hayan invertido en conocimiento. Además, nos da más dignidad que la chapuza, el negocio o lograr unos euros para comprar el último modelo de coche. La dignidad debería tener un mejor mercado en este mundo.