Un día más, el panorama del norte de la Península fue el mismo: nieve, viento, frío, carreteras cortadas, pueblos aislados y chavales sin poder ir al colegio, y eso a pesar de tratarse de la primera jornada de la estación primaveral. Aunque cinco comunidades continuaban ayer en alerta, la peor parte se la llevó Castilla y León, donde 59 pueblos del norte de Palencia (con unos 5.000 vecinos) quedaron incomunicados por carretera debido a la acumulación de nieve en las vías.

Además, en toda la comunidad, unos 5.800 escolares no pudieron asistir a clase mientras que un millar de camiones continuaron bloqueados en las áreas de servicio de las carreteras. La situación fue especialmente complicada en Burgos, donde la circulación de los vehículos pesados se vetó en toda la provincia, incluida la N-1.

Euskadi --al igual que Asturias, Cantabria y Navarra-- también dio la bienvenida a la primavera con temperaturas por los suelos. Una decena de colegios tuvieron que cerrar sus puertas debido a la nieve y el granizo. Algunos pueblos sufrieron cortes de luz debido a los problemas en el suministro eléctrico, aunque la red ferroviaria volvió a funcionar.