La vocación de los docentes de educación no universitaria anda de capa caída. Un estudio dirigido por Alvaro Marchesi, catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid, reveló ayer que apenas el 40% de los profesores de secundaria quisieron dedicarse a enseñar "porque tenían vocación". Esta inclinación baja al 33% en el caso de los estudiantes o futuros profesores.

Marchesi, ex secretario de Estado de Educación y actual secretario de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), atribuyó este descenso a que los profesores "cada vez son más profesionales y menos comprometidos", y aseguró que "por eso, luego, se muestran más desilusionados y se desmotivan más fácilmente".

DESCONFIANZA Otras investigaciones relacionan esta bajada de la vocación con el hecho de que la de docente es una de las profesiones que exige menores notas de acceso, por lo que acuden a ella estudiantes que no pudieron cursar otros estudios.

El documento, patrocinado por la Fundación Santa María y basado en encuestas a 2.556 profesores (765 de ellos todavía en formación), constata que más de la mitad están contentos con sus condiciones laborales, pero el 12% "dejaría de ser profesor si encontrara otro trabajo similar". El colectivo se muestra descontento con el sistema educativo actual, desconfía de las instituciones y no se siente valorado en su trabajo: el 70% asegura que la educación ha empeorado en los últimos años, solo el 20% confía en el Ministerio y las consejerías de Educación, y apenas el 6% se siente valorado socialmente y por la Administración.

Marchesi resaltó que, según el trabajo, estos profesores añoran tiempos pasados con una estructura escolar más homogénea y selectiva, y sienten que tienen menos autoridad y apoyo de las familias.

Las expectativas de los docentes sobre sus alumnos se centran fundamentalmente en que consigan ser personas felices y justas. En su opinión, el mayor defecto de sus pupilos es que "se esfuerzan poco" en los estudios. Esto lo piensan casi el 64% de los encuestados. Otro 25% destaca la escasa responsabilidad de los alumnos. Por debajo del 5% están los que consideran la falta de solidaridad, el carácter violento o la poca sociabilidad.

Según Marchesi, el profesorado en formación se declara más optimista, más confiado en las administraciones educativas y con más capacidad para hacer más cosas en educación. También se considera con más posibilidades de cambio. Por contra, el profesorado en ejercicio, a medida que van transcurriendo los años, va perdiendo ilusión y capacidad de compromiso, y precibe más negativamente la educación.