Al menos 269 personas murieron y otras 300 resultaron heridas ayer en el incendio causado por una explosión en un oleoducto próximo a la ciudad nigeriana de Lagos, después de que un grupo de hombres armados lo perforó para robar combustible. Cruz Roja admitió que la cifra de víctimas es todavía provisional y expresó su temor a que los muertos puedan superar los 500.

El fuego se extendió rápidamente por el populoso barrio de Abule Egba, en norte de la capital económica de Nigeria, y a los bomberos les costó más de seis horas extinguir las llamas. El área del accidente quedó convertida en una zona de enorme destrucción, en la que se apreciaban cadáveres calcinados difícilmente reconocibles, decenas de vehículos reducidos por las llamas y restos de latas y bidones empleados para recoger combustible. Algunas de las víctimas quedaron reducidas a cenizas.

CON CAMIONES CISTERNA El accidente se produjo a primera hora de la mañana, cuando algunos testigos vieron como un grupo de hombres armados perforaba el oleoducto para extraer y cargar combustible en camiones cisterna.

En el momento en que residentes de Abuel Egba acudieron también con los utensilios que tenían a mano para recoger combustible, sobrevino la explosión. Según varios testigos, incluso después de registrarse el siniestro, varias personas se presentaron al lugar con tanques de transporte de líquidos para seguir recogiendo gasolina.

Nigeria es el primer productor africano de petróleo, con una media de 2,6 millones de barriles diarios, pero dos terceras partes de la población viven por debajo del umbral de la pobreza. Además, estos días se vive una fuerte escasez de combustible, lo que propicia los robos de este tipo para aprovecharse de las diferencias de precio de las gasolinas en el mercado negro.

Una escena frecuente en el país son las largas colas en gasolineras y estaciones de servicio, y también los jóvenes en las calles que ofrecen gasolina al doble que el precio oficial. Pese a que Nigeria es un gran exportador de petróleo, el país sufre a menudo restricciones en el suministro de gasolina y gasóleo puesto que importa de Occidente el combustible refinado.

CONDOLENCIAS DE LA UE El gobernador de la provincia de Lagos, Bola Tinubu, que visitó horas después el lugar del accidente, culpó al Gobierno central de la tragedia por haber sido incapaz de generar suficientes empleos para los nigerianos y no garantizar la seguridad de los conductos de petróleo y derivados.

El presidente nigeriano, Olusegun Obasanjo, se declaró "conmocionado" y "entristecido" por el drama. La presidencia finlandesa de la Unión Europea (UE) mostró sus condolencias al Gobierno y a los nigerianos, informa Efe.

El suceso de ayer es el último de una serie de incendios en conductos de combustibles y oleoductos que en los últimos años han dejado miles de muertos en Nigeria.