El barrio de la Alquerieta de Alzira vive en tensión desde que el jueves murieron acribillados en su propia casa cuatro miembros de la familia Moreno, de etnia gitana y conocidos como los Kung Fu.

Los muertos son dos hermanos de 53 y 37 años y los hijos del primero, de 26 y 22. La madre de estos dos últimos sigue ingresada en el Hospital de la Ribera al quedar gravemente herida en la cabeza por un balazo. La policía no ha levantado el cerco al barrio, con la intención de evitar nuevas venganzas mortales contra el clan agresor, y mantiene una exhaustiva vigilancia en previsión de más detenciones.

De momento hay cinco personas detenidas del clan agresor de los Mantequilla, cuatro de los cuales siguen en los calabozos de la Policía Nacional de la localidad de Alzira. El otro, que quedó herido grave durante la refriega, fue trasladado al Hospital General de Valencia.

EL DETONANTE El subdelegado del Gobierno en Valencia confirmó que la disputa nace "por la custodia de una menor". Según el relato de los vecinos de La Alquerieta, ninguno de los cuales se atreve a identificarse, el detonante definitivo se dio el miércoles por una discusión en la calle entre dos adolescentes que acabó a navajazos.

Los vecinos, que denuncian un aumento de la delincuencia en el barrio, coinciden en augurar que "las muertes no se han acabado" y aseguran que "cuando la policía se vaya, habrá más venganzas".

La prioridad en estos momentos de tensión pasa por evitar nuevos enfrentamientos. Varios vecinos relataron que los miembros de los Mantequilla que viven en el barrio "han desaparecido". Su marcha coincidió con la llegada de casi un centenar de familiares de los Kung Fu, para sumarse al duelo por sus muertos.