La crisis económica alcanza a la ONCE. La organización nacional de ciegos dio cuenta ayer del primer balance con números rojos en sus 67 años de historia. Su director general, Angel Sánchez, atribuyó las pérdidas (74,8 millones de euros) a que las ventas del cupón, su producto estrella, cayeron un 10% durante el 2005 hasta los 2.020 millones de euros.

Los responsables de la ONCE achacaron este descenso a la "agresiva competencia" del resto de las loterías, especialmente el Euromillón, que alcanza los viernes botes de hasta 13 millones de euros.

Las pérdidas que registra la organización tienen repercusión en las cuentas del erario público. En virtud de un convenio de colaboración firmado el año pasado, el Estado se compromete a compensar hasta el 2011 la diferencia entre los ingresos obtenidos y la previsión presupuestaria, es decir, los 74,8 millones de pérdidas registradas este año.

Para tratar de detener esta caída, la ONCE lanzará a partir de hoy una campaña en los medios de comunicación con la que pretende fomentar la compra del cupón apelando a la solidaridad de los ciudadanos hacia las personas discapacitadas.

El presidente de la ONCE, Miguel Carballeda, anunció que para hacer frente a esta caída en las ventas, que previsiblemente continuará en el 2006, la organización lanzará en primavera una nueva modalidad de lotería instantánea o presorteada, conocida como rasca y gana. La organización prevé gestionar este juego de manera autónoma y no de forma coordinada por el Gobierno.

Sánchez rechazó la reciente denuncia, que investiga la Audiencia Nacional, del ex director general de la ONCE, Miguel Durán, en la que aseguraba que se expenden más cupones de los que se venden, lo que alteraría el índice de probabilidades de resultar agraciado.