El obispo de la Diócesis de Huelva, Ignacio Noguer, hizo un llamamiento a los rocieros a "luchar contra el laicismo presionante bajo el que vive nuestra sociedad", en el transcurso de la Misa de Romeros, celebrada ayer bajo un intenso calor en el Real de la aldea de El Rocío.

En el transcurso de la homilía de la eucaristía rociera, que presenciaron en vivo miles de personas, Noguer pidió a los cristianos que se rebelen contra una situación "que para verla, basta para observar cómo en ciertos medios de comunicación no se encuentra valor cristiano que no sea objeto de ridiculización".

Se trata de una situación que el obispo onubense comparó "con la que vivían los apóstoles reunidos en el cenáculo, que estaban cohibidos y con las puertas cerradas, por miedo a los judíos".

Ignacio Noguer trasladó ese "laicismo presionante" a la romería onubense, de la que dijo "se corre el peligro de desligarla de la manifestación popular religiosa, y reducirla a una mera manifestación folclórica, un riesgo real en el que están empeñados no pocos intereses, que la reduciría a un espectáculo de interés turístico carente de religiosidad".

En este sentido, el mensaje del obispo de Huelva fue similar al del año pasado, en el que abogó durante su homilía por "preservar la devoción rociera de toda intención manipuladora" con el fin de mantener su esencia, una petición que trasladó igualmente este año a los rocieros de toda España.

Por otra parte, el obispo onubense entendió que la romería de este año "está marcada por los acontecimientos eclesiales que la han precedido", en referencia a la muerte del Papa Juan Pablo II y la elección de Benedicto XVI.

Así, recordó la visita de Juan Pablo II a la aldea rociera en 1993, en la que "el Papa rociero" hizo un llamamiento a los jóvenes para que fomentasen la devoción rociera, todo ello en una misa que Ignacio Noguer concelebró con todos los capellanes de las 104 hermandades rocieras, con el acompañamiento musical del coro Sevilla Sur.

Cientos de miles de personas participan hoy en los actos festivos y religiosos de la romería, cuyo punto central de la jornada es la Misa de Romeros, y que tenía prevista su culminación de madrugada con la procesión de la Virgen precedida del tradicional salto a la reja.

A pesar de la cantidad de personas que se encuentran en la aldea, la Guardia Civil informó de que la circulación es fluida, sin retenciones, tanto en las carreteras de acceso a El Rocío como de salida de la aldea, una situación que se ha mantenido durante toda la noche.

Los rocieros, terminada la Misa, se prepararon para la gran cita de la romería, la procesión de la Virgen por las calles de la aldea, que nunca tiene una hora exacta de inicio, ya que los almonteños "saltan la reja" de la ermita para tomar las andas de la Virgen una vez que termina el Rosario.

La única condición es que el Rosario haya terminado, aunque el año pasado el salto se produjo cuando aún no había vuelto a su lugar habitual el simpecado de la Hermandad Matriz, que recorría las naves de la ermita a las 3.10 cuando se inició la procesión.

La procesión de la Virgen del Rocío recorrerá desde su salida de la ermita el casco antiguo de la aldea, para visitar uno por uno todos los simpecados de las Hermandades rocieras, en un recorrido en el que se irán alternando como improvisados "costaleros" cuantas personas puedan, siempre con la autorización de los almonteños, que controlan en todo momento el recorrido.