Uno de los principales argumentos para sustentar la teoría de que en Marte hubo agua, como destacó la NASA el pasado martes, es el hallazgo de un sulfato poco común, un mineral llamado jarosita, para cuya formación es necesaria la presencia de un medio líquido y preferentemente cálido. La jarosita, que en la Tierra suele encontrarse asociada a fuentes termales, fue descubierta para la ciencia en un yacimiento de la provincia de Almería, en 1852, y desde hace una década merece la atención por su presencia en el río Tinto (Huelva), donde científicos de España y EEUU trabajan en el estudio de organismos extremófilos, es decir, expuestos a las extremas condiciones del agua sulfurosa.

La jarosita fue descubierta por el geólogo Augusto Breithaupt en el barranco El Jaroso, en la sierra de Almagrera (Almería), aunque luego también se ha detectado en la vecina Aguilas (Murcia), Minas de Riotinto, Colorado y Arizona (EEUU) y Brasil. El mineral tuvo antaño algunas aplicaciones --los egipcios lo emplearon como pintura--, pero hoy no se explota comercialmente. La jarosita, cuyo color recuerda a la limonita, es un sulfato hidratado de hierro y, en menor medida, potasio. La presencia de oxígeno e hidrógeno es, como dicen los geólogos, una herencia de la acción del agua.

¿CARBONATOS O SULFATOS? El microbiólogo Ricardo Amils, coordinador del grupo del Centro de Astrobiología (CAB, en Madrid) que trabaja en Huelva, dio un salto de alegría cuando escuchó el anuncio de la NASA sobre la jarosita, según relató a la agencia Efe . El descubrimiento revaloriza la zona del río Tinto como "un análogo de Marte en la Tierra", aseguró. El equipo de Amils ha elaborado un estudio, que está en la última fase de aprobación para ser publicado, en el que sostienen que la presencia de agua y de vida en Marte "no tiene por qué estar relacionada necesariamente con los carbonatos, de los que aún no se han encontrado rastros".

Los carbonatos son, para lamento de los aficionado a la astrobiología, los grandes ausentes de la exploración marciana. Pero Amils precisa: "Depende del pH del agua que hubiera. Si fue ácido, por debajo de 6, en vez de carbonatos se encontrarían sulfatos, y la jarosita sólo se produce con un pH ácido". La presencia de jarosita sería, por lo tanto, incompatible con la de carbonatos, lo mismo que sucede en el río Tinto, de color rojo debido a la gran concentración de hierro oxidado soluble en el pH ácido de sus aguas. El grupo de Amil y la NASA trabajan en la búsqueda en el río Tinto de microorganismos capaces de obtener energía a partir de sustratos minerales y en determinar la paleontología del hierro.