A sólo 11 días de las elecciones, el Gobierno central ha reafirmado su apuesta por Talgo, dejando atado para la empresa vasca el contrato más jugoso de la alta velocidad. El consejo de administración de Renfe adjudicó ayer al consorcio formado por Talgo y la canadiense Bombardier la construcción y el mantenimiento de 30 trenes AVE por un importe de 1.169 millones de euros (194.571 millones de pesetas). Los restantes 10 AVE que estaban incluidos en el concurso fueron adjudicados a Siemens por 433 millones de euros.

Los 40 convoyes estarán destinados a cubrir los trayectos Madrid-Valencia, Madrid-Valladolid y Barcelona-Francia a partir del periodo 2007-2010. Una parte de ellos circularán también en el Madrid-Barcelona, si los 32 trenes encargados en marzo del 2001, cuya fabricación se está ultimando, no son suficientes para atender la demanda.

La decisión de ayer significa poner casi exclusivamente en manos de Talgo el futuro de la alta velocidad española. En el concurso del 2001, el juego se repartió a partes iguales entre Siemens y Talgo, con 16 trenes para cada empresa. La francesa Alstom, líder mundial de la alta velocidad, fue la perdedora.