Un total de seis personas han sido detenidas acusadas de integrar una red internacional dedicada al tráfico de armas y de droga, además del robo de vehículos y falsificación de documentos en la Costa del Sol (Málaga), operación en la que también se ha intervenido gran cantidad de armamento.

Este grupo, integrado por cinco búlgaros y una rumana, se dedicaba al secuestro y extorsión de otros delincuentes a los que robaban drogas y otros efectos "haciéndose pasar por funcionarios de la policía", explicó ayer en conferencia de prensa un portavoz de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil.

La operación, denominada Cenachero , comenzó a mediados del 2002 cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento del robo de numerosos vehículos de lujo que luego eran trasladados a los países del Este para su comercialización, investigaciones que se relacionaron con el asesinato de dos personas de nacionalidad búlgara en la calle Jazmín de Madrid.

"Hay fundadas sospechas de que uno de los detenidos sea el autor de estas muertes", aseguró el portavoz de la Guardia Civil, ya que al parecer los asesinados "querían tomar el poder de la organización" pero no se lo permitieron.

Entre las armas intervenidas hay un fusil Kalashnikov, cuyas características coinciden con el que se usó en Madrid, aunque están pendientes las pruebas de balística.

Las detenciones de los ciudadanos búlgaros K.D.R., de 33 años y supuesto jefe de la organización; I.I.N., de 44; I.I.P., de 32; I.N.N., de 25; S.S.S., de 31 y la mujer rumana S.V.V., de 26 años, se produjeron entre la madrugada del martes y la mañana del miércoles en las localidades de Fuengirola y Marbella.

COMO TERRORISTAS La banda funcionaba de forma similar a los grupos terroristas, con células en las que el jefe de la organización alquilaba los pisos a otras personas que no se conocían entre ellos y dirigía desde su domicilio todas las actuaciones, con lo que las armas y la documentación se encontraban en viviendas diferentes, de forma que si se registraba alguna no se desmantelara la red. Cada integrante actuaba por libre y no sabía donde estaban sus compañeros, mientras que el jefe era el único que conocía al resto.