"El Fondo Monetario Internacional tiene que ser más sensible a la democracia y también necesita una democratización interna". Este fue el dictamen del ex presidente de EEUU, Bill Clinton, tras la segunda asamblea del llamado Club de Madrid, organismo internacional cuyo objetivo es contribuir a impulsar la democracia en todo el mundo.

Un total de 26 ex jefes de Estado o ex primeros ministros se han reunido este fin de semana en la capital española para analizar el impacto que ha tenido la actuación del FMI en el desarrollo y la consolidación de la democracia en Polonia, Corea del Sur y Brasil.

"El FMI necesita una reforma para que sus políticas sean más transparentes, comprensibles y respetuosas en lo que respecta a las características políticas, sociales y culturales de los países en los que interviene", concluyó la segunda asamblea general de esta organización, presidida por el ex presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso. Además de Clinton y Cardoso, a la cita asistieron el ex primer ministro francés, Lionel Jospin, y los españoles Felipe González y Leopoldo Calvo Sotelo.

CONCLUSIONES

Según las conclusiones extraídas durante el encuentro, el FMI no debe atribuirse el papel de un instrumento de presión sobre gobiernos de los países en los que interviene para implantar reformas democráticas, sino que debe respetar la democracia.

El Club de Madrid continúa la labor iniciada por la Conferencia sobre Transición y Consolidación Democráticas celebrada en Madrid en el 2001 y organizada por la Fundación para las Relaciones exteriores y el Diálogo Exterior y la Fundación Gorbachov de EEUU.